Que Zaragoza es ciudad de cómic ya nadie lo duda. Y las cifras así lo reconocen. El Salón cerró ayer sus puertas en la sala Multiusos tras tres intensos días en los que se vendieron 12.600 entradas, lo que supone que entraron alrededor de 16.000 personas (los menores de 12 años no pagan). Y como con la pulsera se puede entrar y salir las veces que se quiera, desde la organización calculan que los usos han sido unos 24.000. También destacan las cifras de los talleres (500 inscritos) y de las charlas (700 personas). Los cien autores tuvieron filas, sobre todo John Wagner, que además de dedicar tebeos a los inscritos, aún se quedó dos horas más.

Los organizadores no quieren hablar de «recórd, porque no se buscan las cifras si no la calidad», que está contrastada y los números así lo atestiguan.

En cuanto a ventas, sin números oficiales, desde los estands «nos trasmiten sensaciones de que ha ido bastante bien», aseguran, frente a los años de la crisis donde había muchas visitas y menos inversión; y de hecho, todo aquel que iba a que le firmaran su ejemplar, lo había comprado en el Salón.

La idea es que el género siga creciendo en la ciudad. La próxima edición será la 18, o sea, el Salón del Cómic será mayor de edad. Pero la pasión por la historieta no termina; ya que continúa con la iniciativa Diciembre, mes del cómic, ya que siguen abiertas las exposiciones dedicadas al Doctor Uriel. Viñetas de la guerra civil en el Centro Joaquín Roncal (hasta el 4 de enero); a Supermán en el C. C. Universidad (hasta el 6 de enero); y Una visión del Cómic en España en la Casa de los Morlanes (hasta el 3 de febrero). Y por si fuera poco, en enero se inaugurará otra con el tebeo como protagonista en el Centro de Historias. Lo dicho, Zaragoza apuesta por el cómic durante todo el año.