Con 17 años de matrimonio y tres hijos en común, Juan del Val califica su relación con Nuria Roca de «abierta». Una revelación que ha salido a flote tras la publicación de su nueva novela, Parece mentira, una historia con tintes autobiográficos en la que Del Val adopta el punto de vista de Claudio, un periodista con problemas para la fidelidad de pareja.

—Dicen que un escritor solo escribe bien sobre lo que ha vivido, dicho lo cual, he de decir que su novela está muy bien escrita.

—(Ríe) Un escritor tiene que haber vivido. No digo que no haga falta imaginación para escribir una novela, pero hace falta saber de lo que se está hablando. La novela respira mucha verdad, y creo que por eso está gustando tanto, El personaje de Claudio quizás no sea un modelo a seguir, pero desde luego es honesto y coherente.

—Un personaje coherente y también polémico, no le faltan detractores a su personaje y a su persona últimamente.

—Creo que estamos demasiado acostumbrados a personajes lineales. No solo en la literatura sino también en la vida. Claudio en la novela realiza actos que pueden llegar a ser hasta condenables, pero eso es parte del atractivo de la novela. Todas las personas tenemos matices que no gustan a todo el mundo, si fuese así la vida sería muy aburrida.

—Cuando le han preguntado sobre el carácter autobiográfico de la novela ha zanjado la cuestión diciendo que el libro recoge «toda la verdad y toda la mentira». ¿Se ha permitido licencias de estilo?

—Claudio soy yo, pero en muchos momentos la novela me sobrepasa. Una vez dicho esto, he de matizar que no todas las cosas que escribo en la novela me han pasado, algunas son idénticas, otras las he exagerado, con otras me he quedado corto y algunas no me han ocurrido pero podrían haber ocurrido perfectamente.

—Con su mujer, Nuria Roca, ha escrito dos libros antes que este. Sin embargo ‘Parece mentira’ lo ha escrito en solitario, si bien se lo iba consultando a ella.

—Solo se lo consulté a ella, y a medida que lo escribía le iba gustando mucho. Ella siempre me aportó cosas pero nunca me censuró, me conoce y sabe que es imposible (ríe). Era una novela que tenía que ser escrita solo por mí, creo que es bastante obvio.

—¿Por qué la gente se está escandalizando tanto ahora con su historia si la atracción sexual hacia otras personas fuera del matrimonio ha existido desde el inicio de los tiempos?

—La verdad es que no tengo ni idea. Parece que cada vez prima más lo que se dice a lo que se hace y lo que se ve más de lo que ocurre. Eso me parece preocupante. Creo que lo que de verdad está escandalizando a la gente es que se hable de eso, se deben de estar poniendo nerviosos porque tienen miedo a que le pueda estar pasando. Quizás tienen miedo a decir las cosas, a expresar que experimentan deseo por otras personas que no sean tu pareja. Al final me quedo con la hipocresía de la sociedad, es un tema que todos hemos vivido pero del que nadie habla.

—¿Hay algún comentario que le haya sentado especialmente mal?

—La verdad es que no les doy mucha importancia, son gente con muchísimo tiempo libre. Lo que sí que me molesta un poco es cuando empiezan a hablar de tus hijos, de la educación que les estás dando, ahí sí que me caliento un poco. Hay gente que no tiene filtro en su cerebro. A mí jamás se me ocurriría hablar de la moral tratando de imponerla por encima de otra, pero hay gente que es muy osada, gente que considera que solo hay una manera de vivir y va y te la cuenta.