Abanicos, bisutería, cerámica, arcilla polimérica, cerámica, cerería, cuchillería, cuero, madera, modelado, fibras vegetales, gafas, joyería, maquetas, metal, orfebrería, papel, textil y vidrio. La única cita que puede ofrecer todo esto en un solo espacio es la Feria de Artesanía de Aragón, que se inauguró ayer en la sala Multiusos del Auditorio, donde podrá visitarse hasta el próximo 9 de diciembre.

El que se aventure a pasear por la feria encontrará «el buen hacer de 101 artesanos, creativos de todos los oficios, en los que están representados tanto la artesanía tradicional como la contemporánea» a través de productos «para disfrutar, productos prácticos…», asegura Susana Martín, presidenta de la Asociación Profesional de Artesanos de Aragón, organizadora del evento junto al Gobierno de Aragón.

Son 101 expositores, más dos estands en los que se puede admirar las piezas que optan al 25 premio de Artesanía. Más del 50% de los participantes «somos aragoneses», reconoce Martín; y el resto, de otras comunidades y de Francia. Este año hay menos representación de fuera quizá «porque ha habido cambios en otras comunidades con las ferias de Navidad y las han adelantado, así que no se pueden desdoblar».

MÚSICA ÚNICA / Los espectadores se van a encontrar exclusividad y belleza, algo que conocen muy bien porque la feria es sinónimo de éxito. Y eso que este año hubo una gran novedad y todo aquel que se acercó ayer disfrutó de un espectáculo único. El artesano Tomás Duaso, un «ebanista estupendo» que el año pasado ganó el primer premio del encuentro presenta una cúpula de madera -de 4 x 4 metros- con una técnica que ya se usaba en el siglo XIV, denominada marchambrada que consiste en que «se unen unas piezas con otras». Durante el montaje, se incorporaron unos micrófonos muy sensibles para grabar los sonidos que se generaron y con esos sonidos y un violonchelo y un piano hicieron un concierto muy especial. No es la primera vez que se hace pero es interesante «unir música, artesanía, sonidos, ruidos…».

Además de este peculiar concierto mañana habrá talleres de alfarería participativos y el jueves, 6 de diciembre, habrá un taller con unos artesanos de Sevilla, Papeles para sentir, que reciclan pantalones vaqueros para hacer papel.

La Feria de Artesanía tiene éxito porque el «comité de selección es muy exigente» y hay un buen «producto. Hay excelencia, son artesanos, artistas, de una gran creatividad, de un oficio y un buen hacer de año», por lo que la presidenta de los artesanos cree que «vale la pena para pasar el buen rato y llevar la cartera», porque «nosotroso vivimos de esto y son días muy importantes para nosotros y para que nuestros talleres sigan funcionando, para que la economía se quede aquí y el cliente se acuerde de los pequeños».

Susana Martín reconoce que como en todos los sectores, «se ha pasado una crisis y por lo que yo voy viendo, ha caído alguno en el camino pero los que hemos trabajado duro hemos salido adelante» y es que una característica de los artesanos aragoneses es que «nos sabemos reinventar y cuando no vendes mucho porque la gente recorta, nos reinventamos y nos convertimos en profesores, nos movemos más, organizamos más talleres, etc. Asegura que «hemos perdido mucho poder adquisitivo con la subida del IVA en su momento, con los impuestos, la subida de autónomos… y eso nos supone trabajar mucho más y nosotros no podernos repercutirlo en el producto porque lo encarecería un montón».

Los artesanos «no podemos competir» con las grandes firmas pero «tenemos que defender lo único porque lo que nosotros trabajamos son piezas únicas porque somos talleres de un solo componente o pequeña familia y tenemos muy poca capacidad de producción», reconoce Martín; así que intentan sorprender a los clientes y «ofrecer cosas nuevas porque nuestra única forma de seguir adelante es diferenciarnos. Nuestros trabajos tienen alma, tienen personalidad y mucho buen hacer».