La Plataforma de Ocio Nocturno de Zaragoza ha lanzado una campaña contra las decisiones del Gobierno de Aragón de obligarles a estar cerrados sin «recibir ninguna contraprestación a cambio» en forma de ayuda económica. Esa es la explicación a que muchos bares y salas de conciertos hayan amanecido con carteles en sus fachadas con lemas como Se traspasa ocio nocturno. Razón DGA y Se vende. Razón Ineptocracia política. Es el caso de lugares como La lata de bombillas, la sala Creedence, La casa magnética y el Rock & Blues por citar algunos establecimientos.

«Es una campaña de la plataforma a la que la asociación Aragón en vivo nos hemos adherido porque la situación empieza a ser insostenible», señala Joaquín Domínguez, secretario de esta asociación que engloba a la mayoría de salas en vivo de la comunidad. «Es cierto que las ayudas están empezando a llegar, acaban de salir las del Gobierno de Aragón y las del INAEM y las del ayuntamiento parece ser que por fin las vamos a cobrar pero lo preocupante es lo incierto del futuro que es por lo que sale esta campaña. Si nos dijeran que en seis meses, un año... o lo que fuera volvemos a la normalidad al menos sabríamos a qué atenernos pero la situación ahora mismo es muy complicada», insiste Domínguez.

Y es que el ocio nocturno, en el que están englobadas las salas de conciertos, se siente «injustamente señalado» ya que, explica el propio secretario de Aragón en Vivo, «lo poco que se está haciendo se realiza cumpliendo todos los protocolos y todas las medidas. Si se hace eso no tiene por qué pasar nada. Como se dice mucho en la Plataforma de Hostelería no solo no somos parte del problema sino que podemos ser parte de la solución porque, por ejemplo, es más seguro que la gente esté consumiendo en los locales que no de botellón».

En ese sentido, Joaquín_Domínguez lamenta que el Gobierno de Aragón no ha querido prácticamente ni negociar una salida: «Cerraron drásticamente el ocio nocturno y, al menos, no prohibieron los actos culturales como en otras comunidades. Pero nos quejamos de que se toma la medida drástica sin contemplar algún posible paso intermedio. Es por eso que nos sentimos maltratados porque no hubo forma ni de plantear otras opciones», señala un Joaquín Domínguez, que revela que al principio de la crisis «les propusimos cerrar hasta el mes de septiembre a cambio de una serie de medidas... No aceptaron y luego la situación ha venido de esta manera». Los locales creen que no podrán aguantar mucho tiempo más porque «los gastos fijos son invariables».