José Luis Rodrigo Escrig, director general de Fundación Ibercaja, y Santiago Aparicio Felipe, párroco de la de Santa Engracia, firmaron ayer un convenio con el que acordaron que la entidad, a partir de ahora, se hará cargo del mantenimiento del órgano del citado templo. En concreto, se realizará la revisión general y afinación del instrumento, así como en la realización de un ciclo de conciertos.

La aportación económica tiene como objetivo acometer una intervención necesaria, tras su restauración hace 18 años. Un órgano de tubos es una maquinaria de gran envergadura que exige gran precisión en cada una de sus innumerables piezas, por ello conviene realizar periódicamente una puesta a punto. Además, dos veces al año, también necesita ser afinado, ya que los tubos de madera o de metal, la mayoría, acusan mucho las variaciones de temperatura.

MÚSICA EN LA IGLESIA

La parroquia de Santa Engracia realiza un cuidado programa musical durante todo el año en torno a su órgano, uno de los cuales se celebró hace dos semanas y trajo a Zaragoza organistas de nivel internacional, como Naji Hakim. El instrumento acompaña la mayor parte de las celebraciones dominicales y solemnidades, así como lo conciertos y recitales que ofrece la coral Santa Engracia. Para 2019, ya hay programados cinco miniconciertos, que se desarrollarán entre 26 de enero y 25 de mayo. Estas actuaciones correrán a cargo de los organistas Esther Ciudad y Gregorio Lasierra.

El órgano de Santa Engracia fue construido por los hermanos Inchaurbe, en Zaragoza, en el año 1899. Es un instrumento de tipo romántico que representa, de una forma singular, el estilo de su época. Está situado en el centro del coro de la basílica.

La caja de madera de abeto y pino, es un ejemplo de la arquitectura neoclásica. En su interior alberga un instrumento con dos secretos de correderas que pertenecen a los dos teclados manuales, de los cuales el del órgano mayor se encuentra detrás de la fachada.