Billetes de lotería, tíquets de metro o tapas de yogur. Casi cualquier cosa puede ser convertida en obras de arte. Incluidas las cartas de póker. La EMOZ (Escuela Museo del Origami de Zaragoza) expone en el Casino una colección pionera de 12 piezas de origami realizadas con naipes.

La menor de las figuras tiene 30 cartas y llevó casi una hora. La mayor llega a 340 y sobrepasó las seis horas de trabajo. En total, la exposición consta de 1.200 cartas colocadas según varios modelos modulares, que son las distintas maneras en las que se puede plegar el papel: tipo atomium, módulo manto o módulo chino, entre otros.

Jorge Pardo, director del Museo de origami, es el autor de la exposición que estará en el casino hasta el 15 de agosto. El origami es el arte de plegar el papel para componer diversas figuras sin utilizar pegamento ni tijeras; Pardo ya ha construido figuras a partir de diversos materiales, pero esta es la primera vez que utiliza naipes. Además, es el autor de diez piezas de la colección, mientras que Carlos Gutiérrez es el autor de la undécima, denominada Orb, y Jesús Artigas de la duodécima, un conjunto de naipes transformados en peces.

"En Zaragoza somos pioneros en arte de origami", asegura el director, que añade que el museo de la ciudad es el único de alto nivel internacional. "Existe uno en Japón y otro en Corea pero son de origami tradicional", matiza. La diferencia se encuentra en las figuras tradicionales: dentro de las formas sencillas, la pajarita es la figura tradicional en Europa, mientras que la grulla es la de oriente. Estas figuras tradicionales han ido evolucionando a formas más complejas, diferenciándose ambos estilos, pero el director asegura que "este museo es el único".