Akira Yoshizawa, el padre de la papiroflexia moderna, le cede el testigo al joven francés Sebastien Limet, en la exposición temporal de la Escuela Museo Origami de Zaragoza (EMOZ), que se inauguró ayer y que permanecerá abierta hasta el 24 de agosto en el Centro de Historias.

Limet es un autor emergente que utiliza bases tradicionales para improvisar piezas en las que mezcla humor surrealista y naturalismo dinámico. Hay dos series, una, que consiste en dos figuras distintas, un animal y un vegetal a partir de un solo cuadrado, como el caracol y la seta o la hoja y la rana; y otra, en la que persigue el dinamismo, como el conejo que dispara a una calavera o la rana que se come a la mariposa.

Además, el EMOZ --que en año y medio ha recibido 15.692 visitas-- ha renovado las obras expuestas en el resto de salas, de las que un 50% son inéditas. Incluyendo las de Limet, se muestran unas 250 figuras realizadas por 25 papiroflectas de quince países.

En la primera sala se explican las técnicas de plegado, pero se han cambiado las piezas representativas. Cada una de las vitrinas está dedicada a un autor. Desde las composiciones del vietnamita Giang Dinh; los delfines del zaragozano Gabriel Álvarez --plegado humedecido--; un San Jorge luchando contra el dragón, del inglés Dave Brill; un busto del israelí Saadya o un gigantesco cactus del estadounidense Bernie Peyton.

Eric Joisel sigue siendo el referente, explicó Jorge Pardo, director del EMOZ, y, además de otras piezas, se expone una figura "única", el Quijote. También hay piezas de Jozsef Zsebe, de Hungría, que además de animales en papel, también los hace con metal plegado. El madrileño Fernando Gilgado --al que se dedicará la próxima exposición temporal-- muestra un jardín completo.

La colombiana Christina Aguilera se ha ocupado de la composición del arca de Noé, con más de 200 animales diminutos; y la italiana Vanda Bataglia muestra sus joyería en papel. Una de las salas está dedicada a la teselación --"papeles que se doblan mucho-- y otra a la "técnica del arrugado", donde Jorge Pardo expone desde una pirámide a un pavo real realizado con 4.000 papeles.