La Orquesta del Conservatorio Superior de Música de Aragón, dirigida por Juan Luis Martínez, ofrece hoy el concierto matinal correspondiente al ciclo de Introducción a la Música en la Sala Mozart del Auditorio zaragozano. Ofrecerá en la primera parte el cuento sinfónico para narrador y orquesta Pedro y el lobo , de Sergei Prokofiev, con el actor argentino Héctor Alterio como narrador de excepción, y en la segunda parte interpretará la Sinfonía nº 1 en Do menor, op.68 , de Johannes Brahms.

Aunque nacida en el marco de aplicación de la LOGSE para la clase de orquesta contemplada en su currículo, la Orquesta del Conservatorio Superior de Música de Aragón obedece al espíritu de ser un proyecto de joven orquesta sinfónica en esta comunidad. Para la presente temporada tiene prevista la interpretación en mayo del Concierto para violín y orquesta de Beethoven, acompañando al prestigioso violinista Nicolás Chumachenko, o la participación en este ciclo del Auditorio.

El director Juan Luis Martínez nació en Valencia y se formó en el Conservatorio de esa ciudad y como director en el de Barcelona, con Salvador Mas. Es director titular de la orquesta y coro Turiae Camerata desde 1991 con la que ofrece su propia temporada en Valencia.

LA NARRACION

El veterano actor argentino Héctor Alterio ha ganado este año el Premio de la Academia de Cinematografía (antiguo Premio Goya) por toda su trayectoria. Narrará el famoso cuento popular ruso de un niño, Pedro, que había ido de vacaciones con su abuelo, que vivía en una granja. Tenía prohibido atravesar la valla que daba al bosque, por temor al lobo. Un día el niño se escabulló. Le siguió un pato que se enzarzó con un petirrojo. Un gato, que les oyó discutir pensaba darse una comilona. Pero surgió una extraña alarma y los animales se dispersaron. El abuelo llegó entonces y se llevó a Pedro a casa. (Los instrumentos marcan las secuencias y la entrada de personajes).

Había llegado el lobo y se había comido al pato. Pedro hizo un nudo corredizo y lo lanzó para cazarle. El pájaro empezó a distraer al lobo y lo llevó hasta el lazo hasta que cayó en la trampa. Llegaron unos cazadores y se organizó una alegre comitiva hacia la ciudad. Sólo faltaba el pobre pato, que estaba en la tripa del lobo. Pedro abrió la tripa del lobo, lo cosió después y lo envió a un zoológico. Y fueron felices.