Eduard Grau tendrá como competidores en la categoría de dirección de fotografía a los responsables de la misma en El reino (la película dirigida por Rodrigo Sorogoyen y gran favorita para los Goya), La sombra de la ley, de Dani de la Torre y Yuli, de Icíar Bollaín. Suele ser una categoría en la que las quinielas sirven de poco aunque, como sucede en casi todas, suele estar sujeta a veces a las dinámicas en las que entran las películas por lo que si El reino acaba siendo la gran triunfadora de la noche es probable que también levante el Goya de dirección de fotografía.

Alejandro de Pablo. Responsable de la fotografía de El reino. Es un habitual colaborador de Rodrigo Sorogoyen en casi todas sus películas, de hecho, destacan sus trabajos tanto en Stockholm como en Que Dios nos perdone. No es el único director junto al que ha trabajado ya que también ha estado codo con codo con otros como Nacho Vigalondo, Pedro Martín-Calero, Igor Fioravanti, Borja Soler, Santi Winer, Robert Bonomo y Daniel Remón, entre otros muchos.

Josu Incháustegui. Director de fotografía de La sombra de la ley. Trabajador también para series de televisión, Incháustegui ha participado también en películas como La higuera de los bastardos, Paradise Hill, Operación Concha, Cien años de perdón, Inside, A cambio de nada y Tini: el gran cambio de Violetta.

Álex Catalán. Está nominado por su trabajo en Yuli. Ganador de un Goya a la mejor fotografía en 2014, por la película La isla mínima y nominado dos años después por 1898: Los últimos de Filipinas aunque no acabó llevándose el galardón. Inició su actividad laboral como cámara e iluminador de TVE en Sevilla, donde trabajó 12 años. Asistió a escuelas de Madrid, Londres, Los Ángeles y Cuba. Su relación e interés en el mundo del cine fue creciendo, compartiendo sus inicios con el director Alberto Rodríguez, con el que ha continuado trabajando desde entonces. Ha sido director de fotografía en más de 20 largometrajes. En 2014 recibió el Premio del Jurado del Festival de San Sebastián por La isla mínima y, en 2015, el Goya a la Mejor Dirección de Fotografía por la misma película, donde destaca la atmósfera creada alrededor del escenario de las Marismas del Guadalquivir. Es uno de los grandes favoritos para levantar la estautilla... siempre que el ciclón de Sorogoyen no se lo lleve por delante.