Hijo de Luisa Gavasa, comenzó estudios de Filología Hispánica como opción b, pues su verdadera meta profesional era ser guionista, algo que consiguió y con gran éxito. Además de trabajar en series de renombre, Pablo Tobías se ha lanzado ahora a la aventura de escribir una novela. El corazón del bambú (Planeta) acaba de publicarse y el zaragozano estuvo la semana pasada en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés para presentarla, acompañado de Paula Ortiz y Alberto Baeyens.

--El corazón del bambú es su primera novela publicada. ¿Cómo ha sido la experiencia?

--Muy gratificante. La verdad es que después de tanto tiempo de escribir guiones para series, donde tenemos tantas limitaciones, es una suerte poder contar una historia más personal en donde la única limitación es la de tu cabeza. Yo soy un enamorado del país y la cultura japonesa, así que creí que era el mejor lugar para ambientar el libro.

--Si por algo se caracteriza su libro es por las adversidades que sufre Laura, la protagonista de la novela. ¿Cuál es la moraleja del mismo?

--Si quieres, puedes. Claramente. Esto además tiene mucho que ver con el arte marcial que practica Laura, el kendo. La máxima es que con fuerza de voluntad, todo se puede conseguir. Bien es verdad que quizá luego descubre que las cosas que, a priori, parecían positivas, luego no lo son tanto, pero eso es otra cuestión.

--¿Por qué eligió como escenario el tsunami que asoló Fukushima?

--Quería mirar al Japón post-tsunami. Si el protagonista de cualquier novela consigue lo que quiere inmediatamente, sin mayores problemas, no hay historia. Estuve dándole vueltas y uniendo que quería situar la novela en Japón y que era necesario introducir un conflicto en la trama, el caso del tsunami fue perfecto.

--Abandonó los estudios universitarios de de Filología Hispánica y se adentró en el mundo del cine. ¿Influyó su madre en este cambio?

--Casi al revés. El consejo que me dio mi madre fue que estudiase una carrera porque lo de la televisión y el cine era muy dificil, dado que podía no salir bien y siempre era bueno tener una carrera. Pero mi prioridad desde el principio siempre fue ser guionista.

--¿Cuál es el secreto del guionista de televisión para que no se le agoten las ideas en un momento dado?

--Lo bueno es que somos muchos. Uno solo ni de coña podría hacer una serie diaria o semanal. La clave está en tener paciencia y documentación, anécdotas personales de cada uno, intentando buscar que pasen cosas distintas. En cualquier serie de largo recorrido, cambian mucho los personajes. Por ejemplo, se me ocurre el caso de Cuéntame, donde los protagonistas han ido pasando por diferentes estados, múltiples oficios, etc.

--Entre Amar en tiempos revueltos y Amar es para siempre estuvo ocho temporadas al pie del cañón. ¿Cuál es el motivo por el cual abandonó una producción de tanto éxito?

--Siempre es cansado llevar tanto tiempo en un trabajo creativo como este. Además, en mi caso se combinaba con que yo no había hecho nada más; a los dos meses de meterme en la escuela ya estaba dentro de Amar en tiempos revueltos. Mi madre estaba trabajando allí, se enteró de que buscaban guionistas, me hicieron la prueba y me cogieron. Toda mi vida laboral había sido esta, así que aunque estaba fenomenal, ni yo aportaba ya nada a la serie ni ella a mí. Por eso, decidí dejarlo y buscarme la vida y es cuando empecé a trabajar en Ciega a citas.

--Por tanto, supongo que será dificil tener algún otro proyecto aparte.

--Qué va. Nada, nada. No tengo nada guardado porque ni la cabeza ni el tiempo lo permiten.