Tras ver la película El mercader de Venecia , realizada con fidelidad al texto de Shakespeare por Michael Radford, uno se pregunta por qué esta Mostra no se ha inaugurado con este espléndido filme, en lugar del decepcionante La terminal , de Steven Spielberg. Pero más vale no hacer averiguaciones. El director de El cartero (y Pablo Neruda) ha contado con tres intérpretes de excepción: Al Pacino, que encarna al usurero judío Shylock, al que humaniza; Jeremy Irons, que da vida al mercante Antonio y Lynn Collins, impecable en su doble papel de bella doncella y avispado abogado. Uno de los mejores regalos que nos depara esta Mostra, aunque esté al margen de la competición.

Director e intérpretes acudieron ayer ante la prensa en el Lido veneciano. "Lo que me ha gustado más de este personaje es que refleja de un modo absoluto la condición humana", dijo Pacino, consciente de que a partir de ahora será mal mirado por la comunidad judía de Estados Unidos. El gran actor retrata con singular vehemencia este despreciable personaje de judío usurero, vengativo y despiadado que surgió de la lúcida pluma de Shakespeare.

"Siempre encuentro algo que me gusta de los personajes que interpreto. Con Shylock me puse a investigar qué podría haber sido de su vida anterior a los hechos. A partir de ahí me pude poner en su piel y vivir esa tristeza que le acompaña", añadió Pacino.

La estrella reveló que no le hubiera interesado el papel si hubiera sido para interpretarlo en teatro, pero que gracias al guión de Radford y a sus maneras cree haber actuado de la manera justa. "En teatro hay que proyectarse hacia el público, pero en cine es necesario contenerse y Radford me ha sugerido siempre el tono adecuado", dijo el actor estadounidense, ya que el guión permitía "intentar entender su pasado, qué le llevó a ser cómo es, triste y a veces desesperado".

Además, aseguró que para él, un experto en hacer de Ricardo III para la pantalla grande, fue un shock cuando Radford le ofreció encarnar este personaje. "Nunca creí que podría interpretar a Shylock". También explicó que "Shakespeare es el mejor escritor de todos los tiempos y El mercader de Venecia es una obra moderna, porque en ella está la situación de dos culturas que no se entienden en costumbres y religión", en alusión al contraste de judíos y cristianos.

Tanto habló Pacino que sólo le quedó una pregunta, y no muy acertada, a Jeremy Irons: por qué siempre interpreta el lado oscuro del ser humano. "Quizá no haya visto usted todas mis películas", fue la escueta respuesta del actor, en el más puro estilo británico.

Por su parte, Radford defendió que una película, la suya, puede ser clásica y fresca a la vez. Y también una maravilla.