Picasso nunca olvidó cuando conoció a Cara-Ancha ni las tardes que pasó en La Malagueta junto a su padre. De esos primeros días en la plaza nació su primer grabado, El zurdo, fechado en 1899. El malagueño forjó allí una estrecha relación con la tauromaquia, en la que se basa la exposición Picasso: Arte y arena que esta tarde (19.30 horas) se inaugura en el Palacio de Sástago. El presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, Luis María Beamonte; el director de la Fundación Picasso Museo Casa Natal, José María Luna; el galerista y propietario de parte de la obra expuesta, Antonio de Suñer; y el diputado delegado de Cultura, José Manuel Larqué, fueron los encargados de presentar la muestra ayer.

La exposición está compuesta por 79 obras de las cuales 25 grabados, siete grabados de libros ilustrados por Picasso, siete piezas de cerámica y once fotografías del húngaro Gyenes pertenecen a la Fundación Picasso Casa Natal. "Es un honor exponer esta serie taurina del artista que más vinculación ha tenido con el mundo del toro en la historia de España en la ciudad del otro gran artista en el que se inspiró el propio Picasso para hacer su serie", aseguró Luna.

COLECCIÓN ÚNICA

La muestra, además de las obras cedidas por la fundación malagueña, enseña la serie de 29 grabados con los que ilustró el artista el libro La tauromaquia, de José Delgado Pepe Illo, pertenecientes a la colección de Antonio de Suñer. "De la obra completa solo hay diez en el mundo, y que no se haya perdido, únicamente está la mía. La clave es que recoge toda la obra que hizo para Illo; con la base de Goya hace una tauromaquia muy especial y completa, para la que, además, recibió consejo de su buen amigo, el torero Luis Miguel Dominguín", aseguró de Suñer.

EVOLUCIÓN DE LOS ASTADOS

Uno de los atractivos de la exposición es una serie de once grabados titulada Toro en la que se ve la evolución del animal de la mano de Picasso. Así, de la figuración, el animal se transforma en simplemente unos trazos pero, destacó Luna, "no llega a pasar a la abstracción porque, al contrario de lo que muchas veces se piensa, Picasso no era abstracto". La obra del malagueño es "un reflejo de su vida, él mismo se sentía como un toro, quería tener esa potencia", señaló Luna que recordó como el artista llegó a organizar corridas de toros en Francia y pagar "cuantiosas multas" porque allí estaba prohibido matar a la res, y en sus festejos siempre se mataba al toro.

En ese sentido, el presidente de la DPZ, Luis María Beamonte, auguró, que la muestra dará "una inmensa satisfacción a los visitantes porque la importancia de Pablo Picasso en la historia del arte es incontestable".

Picasso: Arte y arena, con entrada libre, se podrá visitar hasta el próximo 4 de mayo de martes a sábado, de 11 a 14 horas y de 18 a 21 horas; y domingos y festivos, de 11 a 14 horas.