Pablo Pérez Rubio, crítico de cine y autor de varios manuales cinematográficos, presentó la pasada semana en la Filmoteca de Zaragoza su primera obra de ficción titulada Locos de cine y otros relatos, donde comparte su particular visión de cómo el cine es una manera más de comprender el mundo.

El escritor, habitual de géneros como el estudio historiográfico o la crítica cinematográfica, da el salto a la creación literaria con un libro de relatos que narran diversas enfermedades mentales y manías relacionadas con el mundo del cine. El volumen, editado por Fragua del Trovador, cuenta con 35 relatos que oscilan entre la sátira irónica ficticia y la crónica basada en hechos reales.

El libro de Pérez aglutina relatos que han nacido exclusivamente de la mente del autor, como una historia donde un individuo se obsesiona con imitar a Bela Lugosi en el papel de Drácula, o una historieta donde un gánster que huyendo de la policía entra en un cine y comienza a reflexionar sobre la vida. No obstante, también hay ejemplos de relatos basados estrictamente en sucesos reales, como las conversaciones mantenidas en Sitges durante el año 1967 que servirían de caldo de cultivo para la Nueva Vanguardia Cinematográfica, o el encuentro de Antonio Menza, Luis Buñuel y Max Aub.

Cabe destacar también la ironía de los textos de Pérez, que en uno de sus relatos compone una crítica cinematográfica a la adaptación al séptimo arte de Coplas a la muerte de mi padre de Jorge Manrique. Dicha adaptación cinematográfica, huelga decir, es fruto de la mente de Pérez, que realiza una crítica sobre una película que jamás ha existido, si bien ha dicho que no le importaría rodarla cuando se jubile. Se trata de una práctica habitual en este libro de relatos, donde Pérez cita constantemente películas y autores inventados que guardan ciertas similitudes con personajes y obras reales.

Pérez ha querido destacar la función del humor y la ironía como «postura ante la vida» y recalcar la función del cine como «elemento de conexión constante con el mundo».