Martín Casariego convoca aquí cincuenta perfiles breves y muy literarios de viajeros, aventureros y eruditos que aportan buenas dosis de pequeñas historias y curiosidades de esos hombres y mujeres que como Rimbaud tenían «las suelas al viento». Se convocan aquí concentradas las trayectorias, entre otros, de Marco Polo, Ibn Battuta, Hernán Cortés, Domenech Badia -es decir Alí Bei-, Richard Burton -que pisó La Meca disfrazado de árabe y tradujo Las mil y una noches al inglés-, el doctor Livingston o Roald Amundsen, como representante de tantos exploradores polares. Pero también se rescatan las peripecias, mucho menos transitadas por la literatura, de viajeras como Mary Wortley Montagu, enamorada del imperio otomano; la escritora de viajes Ella Maillart; Freya Stark, capaz de viajar al Himalaya bien cumplidos los 80 años; Mary Kingsley, exploradora de tierras africanas; Gertrude Bell, autora y espía, o la antropóloga Alexandra David-Néel que con 100 años cumplidos se renovó el pasaporte «por si acaso». Historias auténticas sobre el viaje.