La banda madrileña Sôber ha revisitado su disco más aclamado y el que les permitió llegar al gran público, Paradysso, grabándolo de nuevo acompañada en esta ocasión de una orquesta sinfónica. Ahora lo presenta en directo esta noche (22 horas) en el Teatro de las Esquinas donde la banda estará acompañada de la Barcelona Rock Orchestra en un concierto especial en el que sonará el disco completo (la nueva edición se llama La sinfonía del Paradysso) y algunas canciones más adaptadas para la ocasión.

-¿Cómo surge esta… permítame calificarla como locura?

-Yo la verdad es que todavía no soy muy consciente. Cuando se plantea la idea, se lo propongo a un director de una orquesta y él se aventura a hacer una prueba de dos canciones a ver qué tal compagina el momento rock con la parte sinfónica. Es cuando hablamos con Javier Blanco, el arreglista, que es el que ha hecho crecer aún más las canciones y eso para un músico y para mí, como compositor, hace ver tu trabajo con una dimensión mayor.

-¿No fue algo ya planeado desde el inicio? Lo digo porque una sinfónica no parece algo improvisado…

-Para nada. Después de aquella prueba y, poco a poco, te has ido calentando, haciendo conciertos… y luego ya piensas cuál es el disco al que se le puede dar ese punto más épico. Ahí Paradysso ya tenía muchos puntos porque algunas canciones como Hemoglobina ya contaban con cuartetos de cuerda y con ese tempo de canciones. Fuimos desgranando canción por canción y yo veía cada vez que el proyecto se iba engrandeciendo hasta el punto que decidimos hacer el disco y a partir de ahí ya se lanzó todo con el gran resultado de ver que el público comparte tu propia emoción.

-Corríjame si me equivoco pero no podía ser otro disco el elegido para este proyecto, por todo lo que significó para el grupo y para el rock en España.

-Paradysso en nuestra carrera ha sido ese disco donde se pudo llegar a un público más mayoritario y poder hacer lo que te gusta de una manera más profesional, ¡mezclamos el disco en Los Ángeles! Es un disco que forma parte de la banda sonora de la gente a la que le gusta el rock en español, fue disco de platino, se hicieron casi 200 conciertos… Está en la memoria de todo el público y por supuesto en la nuestra. Y, además, significa mucho por la pérdida de Alberto Madrid (el batería del grupo falleció en el año 2006 en un accidente), es un homenaje a un trabajo que se quedó ahí y merecía poder ser retomado.

-En su momento, ¿eran conscientes de lo que tenían entre manos?

-Realmente no, era imposible pensarlo. Es verdad que entrábamos con una compañía nueva pero jamás pensamos que podría llegar ese momento. También era un momento muy bueno para el rock, estaba en la MTV, en 40 Principales,… había grupos como Dover, Mago de Oz, Linkin Park que sonaban en radios comerciales y eso abría mucho la puerta para que grupos en castellano pudieran estar ahí. Se unieron todos los astros y también es cierto que ese disco, lo escuchas ahora y las canciones no chirrían, no han pasado de moda que es algo que pasa a veces, que miras atrás y dices ‘vaya ladrillo’. Pero Paradysso ha envejecido fenomenal y parece que las canciones las acabas de componer, siguen funcionando en concierto como lo hacían entonces.

-¿Tienen la sensación de que con el momento que vive la música en la actualidad, Sôber hoy no podría hacerse un hueco en la escena?

-Muchas veces lo pienso y lo digo porque hago producciones para grupos. Con Sôber todo hecho no está pero es cierto que para un grupo nuevo tener que salir es bastante complejo. Nosotros nacimos sin internet y al tenerlo ahora quizá hay más facilidad para promocionar tu música e incluso grabar un disco ahora vale 10 veces menos que antes pero hay tanta oferta que al final el público no responde. Tenemos que crear esa necesidad para que a la gente le vuelva a gustar el rock. Me da lástima porque no salen bandas y debería haber un circuito de rock importante.

-¿Qué está fallando para que suceda esto?

-La cosa está complicada porque, por ejemplo, yo tengo una hija pequeña y para las generaciones más jóvenes, el rock es una música que no pasa ni siquiera por su mente. Estamos invadidos por ese punto de reggaetón y música española clásica y dura que se escuchan por la tele en programas como La voz donde no hay cabida para el rock.

-Lo nombraba antes pero ¿recuperar este disco es un homenaje a Alberto Madrid, tristemente fallecido?

-Oyendo las baterías ahora, vemos el trabajo exquisito de Alberto Madrid. En Paradysso él forma parte de este show, de hecho, el que nos da las órdenes a la hora de entrar es él con su voz. Manu Reyes (el nuevo batería), por ejemplo, a la hora de revisar el disco, quiso tener las baterías de Alberto Madrid en un plano 100%; no se iban a cambiar, forma parte de la historia del rock y Alberto dejó su semilla.

-¿Qué me puede contar del concierto de Zaragoza?

-En esta gira tratamos de buscar que la gente se encuentre unos Sôber diferentes, que con esa orquesta sinfónica todo tenga ese momento más teatral y por eso tratamos de elegir sitios más especiales como teatros. La puesta en escena es vital, cambiar el concepto un poco, incluso la vestimenta, para que la gente disfrute de otra manera del concierto.. De hecho, le llamamos la sensación Paradysso porque no es un disco, es más un musical.