Alberto Castrillo-Ferrer (Zaragoza 1972) se ha consagrado como uno de los directores teatrales más destacados de la escena nacional. Esta semana reestrenó en Madrid La comedia de los enredos manejando un elenco prácticamente aragonés y estará durante el Pilar en el Principal con un Cyrano de Bergerac interpretado por José Luis Gil.

-Vuelve a Madrid con La comedia de los enredos, una obra que ya ha pasado por toda España.

-La comedia se estrenó el año pasado en el Festival de Cáceres, y ya ha pasado por Zaragoza Escena y Naves Matadero en Madrid. Después de una gira de festivales de verano hemos entrado de nuevo en Madrid, lo cual es un logro enorme. Eso quiere decir que se quiere volver a ver y que hay un público para verla. Estamos teniendo una acogida genial lo cual es muy tranquilizador porque nos la hemos jugado bastante. El Teatro de las Artes es un teatro privado, donde el porcentaje de taquilla es mucho menor que en uno público. Estar con ocho personas en un teatro así es un riesgo, aunque al menos hemos tenido la suerte de que nos ha pillado con la rebaja del IVA.

-Se trata del texto más corto de Shakespeare, que se enmarca dentro del que quizás es el género más desconocido del autor, la comedia.

-Creo que la comedia está denostada. En los premios de teatro pocas veces se dan premian comedias, parece que si tienes el favor del público no necesitas el favor de la crítica o de los profesionales. Eso para mí es una soberana tontería, la comedia es un género más como lo es el drama o la tragedia y si está bien hecho es maravilloso. Cualquier buen dramaturgo ha escrito de todo y Shakespeare era un maestro en comedia, la gente que iba a verle tenía ganas de reírse y de reflexionar.

-Dirige a un elenco aragonés.

-Hay un elenco aragonés pero no fueron seleccionados por ser aragoneses, sino por ser buenos. Le hubiese hecho un flaco favor tanto a ellos como a nuestra tierra si les hubiese seleccionado solo por haber nacido allí. Tengo un elenco de actores envidiables, son ocho ferraris a los cuales a veces lo único que hay que hacer es encaminarlos hacia el mismo sitio. Una vez que el equipo está soldado todo va rodado. La verdad es que los actores aragoneses están muy bien valorados en Madrid.

-Además está inmerso en la dirección de un Cyrano de Bergerac con José Luis Gil interpretando el papel protagonista que podremos ver en Zaragoza durante las Fiestas del Pilar.

-José Luis y yo coincidimos hace tiempo en una obra de Woody Allen y él me dijo que estaba cansado de hacer obras comerciales y facilonas, que quería proponerse un reto. Me ofreció dirigirle y acepté, ya que era una obra que tenía desde pequeño metida entre ceja y ceja, sobre todo desde mi etapa en Francia, donde viví ocho años y donde el Cyrano es junto con Molière su signo de identidad teatral.

-¿Cómo es trabajar con un gigante de la escena como él?

-José Luís ha sido actor de doblaje, lo cual no deja de ser de algún modo un Cyrano. Cuando pone la voz de Patrick Swayze o Buzz Lightyear está dotando de alma a esos personajes. Es un actor muy querido y siempre que sale al escenario el público descubre a un gran artista teatral

-En una entrevista dijo que en España se trataba a los actores peor que en ningún otro lugar.

-¡Es la verdad! Si vas a países como Inglaterra, Suiza, Francia o incluso países donde la gente tiene un nivel adquisitivo menor como Argentina o Colombia ves que a los actores se les respeta más. En España notamos dejadez y poco interés, no por parte de la gente, pero si por parte de aquellos que nos gobiernan. Y no solo los actores, también los músicos y los escritores. Parece mentira que en pleno siglo XXI tengamos que seguir explicando para que sirve el arte, y más tratándose de España, que es un país que ha tenido a grandes artistas fusilados, muertos en el exilio o arruinados.