En otoño de 2009, España se atrevió a buscar la tumba de uno de sus poetas más universales en pleno debate sobre la apertura de fosas del franquismo, dando visibilidad internacional a la lucha de los familiares de los represaliados en la Guerra Civil y la dictadura por recuperar y enterrar con dignidad a sus parientes. El asunto tomó tintes circenses con carpas para ocultar los movimientos de tierra en torno al monolito que supuestamente marcaba el lugar exacto, decenas de medios acreditados e incluso globos aerostáticos con cámaras para tratar de desvelar un misterio que se dio de bruces con la realidad. Pese a que se hicieron varias catas, en el lugar no había nada, solo una gran masa rocosa y algún casquillo perdido de bala.

La Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica (AGRMH) fue la responsable de esa primera búsqueda tras lograr una subvención de la Junta de Andalucía, que también cedió excavadoras y maquinaria para el movimiento de tierra junto al olivo que el enterrador Manuel Castilla, 'Manolito el comunista', marcó como lugar del fusilamiento a través de Ian Gibson. En 2014 y en 2016 fue otra asociación memorialista, Recuperando con Honor, quien tirando de donaciones privadas y una vez con los permisos de los dueños del terreno, tomó el relevo en el Peñón del Colorado, a unos 400 metros de distancia. Descartada la tesis de Gibson, la fuente era el historiador Miguel Caballero y el libro de Ernesto Molina Fajardo, donde se apuntaba a que el fusilamiento tuvo lugar en un antiguo campo de tiro más cerca del barranco de Víznar, considerada una de las mayores fosas comunes del franquismo con más de 3.000 asesinados. De nuevo solo se hallaron restos cerámicos y alguna bala, pero nada más.

Ahora, la cuarta búsqueda trata de ser la vencida. Será la primera liderada por la Junta de Andalucía tras la aprobación el pasado año de la Ley de Memoria Histórica, de ahí que se haya establecido un protocolo exhaustivo. Además, el presupuesto para las intervenciones se ha incrementado en un 154%, alcanzando los 1,5 millones de euros. Tras aprobarse las peticiones presentadas, y publicarlas en el BOJA el pasado día 2 de agosto, se abre ahora un proceso de exposición al público durante 10 días. De momento, no se han presentado alegaciones a ninguno de los 30 proyectos o peticiones de exhumación presentados, confirman desde la Junta. Cerrado el plazo, será un comité técnico quien repase de nuevo la evaluación de cada proyecto y determine los pasos a seguir en cada uno de ellos. Decidirá si hacen falta nuevos análisis de ubicación, pruebas testimoniales, catas con georradar… y sacará a concurso público esos procesos. El expediente de Lorca está bien documentado, afirman, pero posiblemente necesitará algún procedimiento más para velar porque todo se realiza de forma escrupulosa, siguiendo los pasos legales, y con validez científica. Sus promotores ya adelantan que optaran a ejecutar esas fases. Una vez adjudicado el concurso, la idea es que los trabajos de campo se puedan iniciar lo antes posible a fin de evitar las malas condiciones climatológicas del invierno.