Mostrar cómo ha evolucionado el coleccionismo en la historia del arte; y la importancia del vínculo entre el arte y la tecnología. Ese es el objetivo de la exposición de Picasso a Kapoor. Obra gráfica y múltiple contemporáneos, que hasta el 25 de marzo puede verse en el Centro de Historias de Zaragoza. La muestra incluye obras de artistas reconocidos , como Warhol, Picasso o Dalí pero «se va ampliando el discurso» para hacerlo más global y enriquecedor, porque en ocasiones «se ha considerado a la obra gráfica y múltiple como obra menor y no es así», reconoció Antonella Montinaro, comisaria de la exposición y representante de la empresa Gacma, que presentó la muestra junto a Fernando Rivarés, concejal de Cultural del Ayuntamiento de Zaragoza.

De Picasso a Kapoor se posiciona en la intersección de dos sistemas: la articulación entre una colección de arte contemporáneo y la historia del arte, usando el vínculo entre las piezas y la reproducibilidad técnica, ya que en este caso, las 75 piezas expuestas son susceptibles de ser reproducidas por medios técnicos mecánicos o digitales, o sea, grabado, litografía, xilografía, linóleo, fotografía o impresión digital.

BLOQUES TEMÁTICOS

La muestra se organiza en bloques temáticos de forma «cronológica pero también reflexiva sobre los principales hechos artísticos e históricos de la época», señaló Montinaro. El primero de los bloques se refiere a España y el principio de siglo, que trajo consigo la modernidad. Es en esa primera vanguarda cuando aportaron mucho «Miró, Picasso y Dalí», que evidencian un deseo de renovación de los lenguajes plásticos. También se analiza «lo que pasó en París, ya que allí estampaban muchos artistas». Por el taller Mourlot, abierto en 1852, pasaron autores como Matisse, Chagall, Braque, Leger o Magritte.

El segundo de los apartados trata sobre las «tendencias informalistas» que se desarrollaron entre los años 40 y 50 del siglo pasado, con una segunda vanguardia, y el comienzo de la sociedad de consumo y capitalismo, por lo que el coleccionismo se dispara y el arte se convierte en objeto de especulación. Ahí se incluyen obras de Antonio Saura, Feito, Canogar, Chillida o Tàpies, en cuya obra gráfica «también trabaja el relieve y la adición de materiales». Se pueden ver también piezas únicas y dibujos que «ponen demanifiesto que el trabajo del artista se pueden ver de diferetnes maneras». En el resto del mundo, la abstracción y otras tendencias marcan el arte, con artistas como Boix, Vasarely, Richar Serra o el Grupo Cobra.

ARTE PARA TODOS

El arte pop marca el tercer bloque, que muestra cómo evoluciona la serigrafía, con Warhol (se muestran dos Marilyn) como principal representante, pero también de Eduardo Arroyo, el Equipo Crónica y otros.

La muestra avanza hasta una visión poética del arte español de los años 80 y 90, con el culto a la individualidad, a la ausencia del interés por el bienestar común, el desencanto y la apatía; con piezas de Jaume Plensa, José María Sicilia, Miquel Barceló o Gordillo; para cerrar con un guiño al siglo XXI donde los artistas «relexionan y le dan la vuelta a los sistemas económicos y de producción», donde el arte es «más democrático y popular» y donde los medios de fabricación empleados para la multiplicidad también son diferentes. La cultura y la economía ya no están enfrentados. La muestra incluye piezas de Hirst (con un estudio que crea sus puntos); Takashi Murakami, con factorías de producción propias, lo mismo que Damien Hirst. O las fotografías de desnudos de Spencer Tunick (Buffalo 6. Central térmica), que realiza instalaciones humanas que hacen cuestionar los límites del arte y las manifestaciones sociales.