Cuarenta y dos escaparates del distrito comercial Los Sitios, en el cuadrilátero delimitado por las calles Costa, Zurita, Independencia y la Plaza Los Sitios, muestran desde ayer y hasta el día 22 de junio un total de 160 obras de doce artistas que trabajan en Zaragoza. Se trata de la segunda edición de Paseos por el Arte una propuesta para sacar el arte a la calle formulada por el grupo Batidora de Ideas y que en el año 2001 se realizó por primera vez.

Tras un parón de dos años motivado por las obras en Independencia, regresa ahora la exposición abierta con la idea de repetirse cada año, según explicó a este periódico el comisario de la muestra, Guillermo Fernández. Por primera vez ha encontrado patrocinadores, entre ellos la DGA y la DPZ.

En esta muestra heterogénea, nueve pintores, dos fotógrafos y un escultor instalan sus obras en medio de los objetos expuestos en los escaparates de tiendas de ropa, joyerías, administraciones de lotería, herboristerías, farmacias, cafeterías, ópticas, agencias de viaje o peluquerías, entre otras variedades y crean en la mayoría de los casos efectos plásticos sorprendentes.

Las cuatro calles delimitadoras integran un espacio de exposición en el que se incluyen las de Sanclemente, Isaac Peral y la plaza de Santa Engracia. En la acera, frente a cada escaparate, se ha instalado un cartel señalizador, para orientar a los viandantes.

Los establecimientos entregarán con su compra a cada cliente un boleto para el sorteo de una de doce obras seleccionadas, a elección del que resulte agraciado. También regalan un díptico que muestra dichas obras junto a una guía de autores y de puntos de exposición.

La organización ha buscado "nuevos artistas de modo que no se repitiera ninguno de la edición anterior", además de "no quedar estancados en un determinado estilo", según señaló Guillermo Fernández. Tanto los colores como los formatos conforman mezclas heterogéneas, en esta nueva modalidad de "sacar el arte a la calle" ya ensayada en ciudades como París o Barcelona.

Un bodegón colorista de Antonio Fernández Molina encaja con toallas, bolsos y albornoces en un escaparate que parece diseñado por Matisse. En la misma calle, Juan Moreno pone a sus dos grandes fotografías de ventanas minimalistas a dialogar con unos trajes blanco y negro rayado. En una tienda, una silla onírica pintada por Serafina Balasch encuentra la réplica de su respaldo en las asas de un bolso. En otro lugar, Isabel F. Echevarría monta sus paisajes oníricos y Antonio Chiprana sus grandes rostros.

El único escultor de la muestra, Pedro Jordán, se multiplica tras los cristales en Isaac Peral. El alemán Klaus Dillembeger expone sus coches de los años 50 captados en contrapicado en la calle Sanclemente. Muy cerca, en un gran lienzo, Isabel Abenia muestra a unos seres que se dirigen directamente al limbo.

Independencia sólo aporta una muestra: El ceramista Miguel Angel Gil presenta una pequeña pieza titulada Muy frágil y rota en siete pedazos, en medio de una selva beige de bolsos y de zapatos. Alberto Calvo Supermaño ocupa el cristal de un restaurante y Raquel García disemina sus casi paisajes , como Jesús Cisneros, por diferentes puntos. Juan Moreno pone a sus bailarinas a girar en una zapatería. Los rostros inquietantes pintados por Isabel Abenia juegan con unos maniquís sin rostro en Sanclemente. Así hasta 160 obras. .