Pocos minutos después de las 12, se ponía el primer cartel de aforo completo en la Lonja de Zaragoza por lo que la gente tenía que esperar pacientemente haciendo fila en la puerta a que saliera gente para poder entrar. Y es que en apenas cuatro horas (desde las 10 hasta las 14 horas) ya habían disfrutado de la exposición de fotógrafas aragonesas, Cierta luz, casi 4.500 personas y cerró el día con 5.900 visitas (lo que hace un total de 12.500 desde que se inaugurara). Un éxito absoluto. Eso hizo que se tuviera que regular el acceso a la sala, algo que no fue exclusivo de La Lonja ya que, a la misma hora y apenas a unos metros de allí, la entrada al Foro Romano (que congregó a 1.008 personas durante el día) estaba coronada por una fila de más de 100 personas y, en menor medida, lo mismo sucedía en las Termas Romanas (que cuenta con un aforo más limitado y que concluyó el día con 397 visitas). En el Teatro Romano (1.436 personas) no se completó el aforo pero a media mañana vivió un pico de afluencia que se podía comprobar viendo desde la calle cómo estaba el anfiteatro romano.

La jornada de puertas abiertas de los museos y salas municipales con motivo del día de San Valero fue un éxito abrumador (más de 10.300 personas pasaron en algún momento por alguna de las salas) y es que la gente aprovechó que el tiempo respetó por la mañana (no se cumplió el refrán de ventolero) para disfrutar del arte que ofrece la ciudad.

PASIÓN POR LA RUTA ROMANA

«Soy una gran aficionada a todo lo que tenga que ver con Roma y todos los años vengo con mi marido a visitar la Ruta de Caesaraugusta», señalaba Bea Rovilla desde la misma fila para entrar al Foro Romano mientras que un grupo de niños correteaba alrededor matando el tiempo.

No era muy distinta la situación en La Lonja aunque la amplitud de la sala hizo que la cosa fuera bastante más fluida que la de otros espacios: «Bueno, la fila va rápida», comenzaba a decir Manuel Rafalos y se quedaba a mitad de su argumentación porque ya les tocaba entrar. Dentro, la gente disfrutó con el trabajo de 52 fotógrafas aragonesas aunque alguno ya indicó que quizá no era el día más adecuado para disfrutar del arte: «Hay demasiada gente así que nos vamos ya, no merece la pena», aseguraba Marimar Viña, acompañada de su pareja. Público familiar es el que primaba, por su parte, en el Museo del Fuego de los Bomberos que amenizó la mañana con la actividad El bombero Valero en familia. Un valor seguro, visto lo visto, entre los más pequeños de la casa. 1.025 personas disfrutaron de sus actividades.

No es municipal pero también decidió celebrar San Valero con la ciudadanía el CaixaForum, que también vivió una jornada de puertas abiertas, en la que la gente respondió ya que la exposición de Disney no dejó de recibir visitantes (y no pocos) a lo largo de todo el día. «Hemos venido toda la familia a pasar la mañana antes de irnos de vermú, para que los niños disfrutaran de la exposición con los dibujos y todo eso», decía Amalia Santos en una sala en la que costaba trabajo desplazarse por ella. También fueron muchos los que se acercaron al edificio simplemente para descubrirlo y subir hasta la cafetería y su terraza. Era un día de fiesta y había que aprovechar la libertad.

Además, 650 personas psaron por el Centro de Arte y Tecnología Etopia que abrió solo por la mañana y 240 por el Balcón de San Lázaro.

MÚSICA EN PRIMER PLANO

Y junto al arte en las diferentes exposiciones, la música también tuvo un protagonismo muy especial durante todo el día de la mano, como no podía ser de otra manera debido a la apuesta que lleva haciendo el consistorio a lo largo de toda la legislatura, del talento local. La Orquesta de las Esquinas fue capaz de poner a buena parte de la plaza del Pilar a bailar al ritmo del color de la música (y los trajes) de Disney ante un público familiar que no dudó en seguir los ritmos a su manera, eso sí. Pero no fue el único toque musical ya que por la mañana la Banda del Picarral ocupó la plaza San Bruno mientras que, en un ambiente más recogido, Esther Ciudad y Beatriz Gimeno actuaron en el Ayuntamiento de Zaragoza y quizá, como plato fuerte, la sala Mozart del Auditorio recuperó el proyecto Aragón Sinfólknico, que tuvo que ser suspendido en las pasadas Fiestas del Pilar por la lluvia.

Sobre el escenario de la Mozart fusionaron su arte la Sinfónica Ciudad de Zaragoza, Biella Nuei, María José Hernández, Nacho del Río, El Palotiau de Aragüés del Puerto y el coro infantil y juvenil de Amici Musicae, entre otros, ante un aforo completo con las entradas agotadas desde hacía varios días. La gente disfrutó de un nuevo concierto del proyecto de la Sinfónica Ciudad de Zaragoza que va creciendo año tras año.

Fue el colofón a un San Valero muy cultural que volvió a demostrar que los aragoneses también aprovechan los días festivos para disfrutar de todo lo que le ofrece la cultura. Puertas abiertas en los museos, pasión de ciudadanos, pasión por el arte.