El divertidísimo tecno--pop (no exento de carga social) de Der Plan, el convulso spoken word de Lydia Lunch, y el funk de última generación de Mocky cerraron brillantemente el domingo el programa musical de la quinta edición de Periferias. El festival oscense ha superado este año todas las expectativas artísticas, elevando lo bizarro y heterodoxo (el tema central de su propuesta ha sido Mundo raro ) a categoría de cotidiano.

Este logro consolida definitivamente la categoría de un festival que nació entre el escepticismo (cuando no el desprecio) de unos y la indiferencia de otros, contra lo que han luchado la decidida voluntad de su promotor (el Ayuntamiento de Huesca) y el entusiasmo de sus programadores.

CLINTON, EN ´LOS LUNNIS´

Después de 13 años de inactividad, el grupo alemán Der Plan eligió Huesca para su regreso a los escenarios. De la formación original sólo Moritz R permanece en el trío, pero eso no invalida una propuesta que engancha sin paliativos. Ni eso ni el hecho de que Der Plan llevase prácticamente todas sus voces programadas. Lo que cuenta en la oferta de esta trinidad marciana es su tecno--pop adictivo, su sentido del humor y de la ironía y su atractiva puesta en escena que incluye una saludable autoparodia.

La neoyorquina Lydia Lunch, musa de la no wave , tomó el relevo a Der Plan. Poetisa que envuelve sus palabras incendiarias ("En tiempos de guerra, sobre todo para las mujeres, la mejor venganza es el placer") en músicas por las que deambulan los bríos de James Chance, Mark Cunningham y Arto Lindsay, Lunch armó una actuación intensa, de esas que cortan el aliento.

Mocky, canadiense afincado en Berlín, cerró la velada. Sin renunciar a los instrumentos convencionales, pero echando mano de la electrónica, este tipo es algo así como la versión contemporánea de George Clinton, pasada por Los Lunnis . Sensacional. Y animando los intermedios, el francés DJ Aï, un enloquecido pincha discos de difícil taxonomía.

Antes, por la tarde, el homenaje a Frank Zappa nos proporcionó la agradable sorpresa de Kingteto (rumberos oscenses en territorio freak ), el muy notable y casi delirante concierto de Malcolm Scarpa, y la profesional pero más previsible actuación de Crosstown Traffic.

Y la noche anterior, en el espectáculo Mostruos del hip hop , asistimos a una rotunda e incontestable oferta de Violadores del Verso (R de Rumba está que se sale en los platos ), a un concierto de hip hop oblicuo de un visionario y punzante Mike Ladd, y a una propuesta bastante cartesiana y lineal de Jeru The Damaja, que sustituyó a Kool Keith.