Presentada ayer en Venecia dentro de la sección a competición, Sivas, del director turco Kaan Mujdeci, ha generado la controversia por dos motivos. Primero, porque transcurre en una ciudad turca homónima que hace 20 años fue escenario de la masacre de 33 intelectuales a manos de los fascistas pero no trata ese asunto --haciendo analogías, la prensa turca se ha preguntado si es legítimo titular Auschwitz una película que no habla del exterminio judío--. Segundo, porque incluye una sucesión de peleas de perros tan explícitamente violentas que al final de la proyección de la película para la prensa un periodista español estalló en coléricos berridos a modo de sonoro rechazo.Fue una reacción seguramente exagerada, considerando que ningún animal sufrió malos tratos durante el rodaje y, sobre todo, que la pericia de Mujdeci rodando esas escenas es lo más destacable de este retrato dramáticamente disperso de un niño que trata de sobrevivir en un entorno despiadado y falto de modelos válidos de conducta.