Manuel Pertegaz fue, en verdad, "un modista eterno", y así ha titulado El Museo del Traje en Madrid una pequeña exposición de diez trajes confeccionados por el maestro turolense que, hasta el 19 de octubre, convertirán una vitrina del museo en la síntesis de su arte, valorado hoy en todo el mundo.

Los diseños, creados por el sastre entre los años 40 --el más antiguo data de 1945-- y 90, conforman un breve paseo por su obra pasada que, sin embargo, sirve para comprender la moda presente. "Ese fue el gran logro de Pertegaz, hacer trajes imperecederos", explicó ayer a Efe Lorena Delgado, conservadora del museo.

Un vestido de novia de los años 80, con polisón en la parte trasera de la falda y flores de organza blancas y rojas en el busto, abre esta muestra de diez joyas escultóricas donadas por particulares a los fondos del museo que aún rezuman a través de sus telas las emociones que una vez sintieron sus afortunadas dueñas.

Manuel Pertegaz (1918- 2014), quien falleció el pasado 30 de agosto, es uno de los nombres capitales de los anales de la moda española e internacional, "capaz de recoger las tendencias de cada época para estampar en ellas un sello muy personal en el que prima el detallismo y la perfección", afirma Lorena Delgado.

Por eso, los vestidos de noche y los atuendos diurnos que se exponen en la vitrina homenaje del Museo del Traje de Madrid, a la que han titulado Pertegaz, el modista eterno, son una exhibición de perfección técnica, de patrones impolutos y de artesanía pura.

Manuel Pertegaz, el primer diseñador español en aterrizar en la Quinta Avenida de Nueva York, no resultó inmortal, como ningún hombre puede llegar a serlo, pero sí eterno, y estas diez creaciones en el Museo del Traje, que más bien podrían definirse como diez sueños cumplidos, prueban la trascendencia de esa aguja intemporal.