DIRECTOR P.J. Hogan

INTERPRETES Jeremy Sumpter,Jason Isaacs

PAIS EEUU AÑO 2003

CINES Aragón, Augusta, Warner

Como en varias películas recientes de superhéroes del cómic trasladados a la pantalla, caso de Batman, Batman vuelve y Spiderman , en la nueva adaptación de Peter Pan resulta más interesante el villano, Garfio, que el héroe, el niño de ojos azules que se negó a crecer.

La película firmada por el australiano P. J. Hogan es una imaginativa traslación de la obra de J. M. Barrie. Supera, en bastantes aspectos, a la ambiciosa experiencia llevada a cabo por Steven Spielberg en Hook , otra película en la que el capitán pirata asumía más protagonismo que el propio Peter.

Sin grandes nombres conocidos en su reparto y escasos recursos infográficos, de concepción cara pero a la vez artesanal en su configuración plástica del País de Nunca Jamás, este nuevo Peter Pan asume las normas flexibles de la historia original con sentido y sensibilidad.

No rehúye la actualización del tema con algunos elementos impropios en una película pensada exclusivamente para plateas infantiles, como por ejemplo la concepción monstruosa del cocodrilo que se zampó la mano de Garfio. Sabe sacarle también enorme partido a algunos de los momentos más fantásticos de la historia: la secuencia de la pugna entre Peter Pan y su propia sombra o la aparición, eléctrica y misteriosa, de las sirenas azuladas que intentan seducir con su mirada torva a Wendy. Sobre este personaje gravita también buena parte del filme. En el umbral de la adolescencia, algo mayor que Peter Pan, Wendy toma drásticas decisiones de principio a fin del relato hasta llegar a la definitiva madurez.

La sombra del personaje de Garfio, menos caricaturesco que en otras versiones de la historia, también más violento, se extiende con fuerza por encima de las aventuras con los niños perdidos, la relación sentimental de Peter y Wendy y los celos de Campanilla, personaje al que Ludivine Sagnier, una de las actrices de Fran§ois Ozon, otorga una miniaturizada voluptuosidad.