En 1975 la muerte se llevó de forma prematura a Gabriel Aresti con 41 años, aunque su voz como poeta había callado algún tiempo atrás, ya que su último poemario publicado en vida era de 1970. Aun así, su paso fugaz por la literatura en euskera fue determinante: su libro Harri eta herri (Piedra y pueblo), de 1964, supuso una sacudida para la poesía en vasco, con una influencia que sigue resonando actualmente.

Ahora, la colección Visor de poesía ha publicado una antología que supone una onda más de ese eco en donde aún suenan los versos de Aresti. El ciclo de la piedra es el título de la antología, que recoge poemas de tres libros del autor bilbaíno: el ya mencionado Harri eta herri, Euskal harria (La piedra vasca, de 1967), y Harrizko herri hau (Este pueblo de piedra, de 1970). El propio Aresti fue además el traductor al castellano de sus versos, salvo unas pocas excepciones para las que ahora se han recuperado las versiones que hizo Jon Juaristi.

Por los títulos de los tres libros recogidos es fácilmente deducible que el autor los concebía como partes de un todo girando en torno a ese símbolo central que es la piedra. Sin embargo, como recoge el editor Jon Kortazar en el prólogo, cada poemario supone un paso adelante respecto al anterior, explicado en esta nota de Aresti que aparece en el último de los libros: “Primero protesté, / después contesté, / ahora detesto”. Esta dolorosa evolución correspondería a cada uno de los tres títulos, en los que sí es posible atisbar cómo el tono del poeta se va volviendo más duro y desencantado.

Formalmente, en estos poemas la tradición de los versolaris se encuentra con el ensayo de nuevos esquemas estróficos y léxicos. En lo temático, hay que recordar que Blas de Otero fue una influencia nunca disimulada en la formación poética de Aresti. De ahí que en sus poemas confluyan una incómoda desazón social y la preocupación por la identidad vasca, una cuestión candente en ese momento.

'EL CICLO DE LA PIEDRA'

Gabriel Aresti

Visor

190 páginas