--¿Qué descubre el matrimonio protagonista de Ultramar (Ediciones B) en el Nuevo Mundo"?

--Descubren las exploraciones de Tristán de Luna y de Villalobos; la rebelión de Cortés; los gobiernos de los virreyes Mendoza y Velasco; los ataques de los piratas Hopkins y Trick; la fundación de la universidad, los colegios imperiales y las escuelas de formación profesional; el teatro en Indias... Muchas cosas y todas muy importantes para nuestra historia.

--¿Qué diferencia a Ultramar de otras novelas históricas?

--Lo que tienen mis novelas determinado es que la protagonista es una mujer porque he descubierto en la historia de España a mujeres muy importantes que han contribuido a crear la historia. En este caso concreto, es una mujer que ayuda con su trabajo como diamantista y que ayuda luego con una hacienda en la que planta moreras y empieza con el cultivo de la seda. Cuenta cómo una mujer contribuye a crear un nuevo mundo.

--Y reivindica su lugar...

--Cuento los hechos, porque hace muchísimos años una persona me dijo que las mujeres no están hechas para crear arte igual que los hombres. Desde ese día yo me documenté y vi que muchísimas mujeres habían destacado en sus profesiones a pesar de tener unas inmensas cortapisas sociales.

-- Recupera a la protagonista de La diamantista de la emperatriz, ¿Se puede entender como una secuela?

--Sí. El final de La diamantista de la emperatriz era abrupto porque sabía que quería hacer una continuación. Siempre la quise llevar a América. Tengo una gran pasión por América, conozco prácticamente todos sus países y creo que no se puede entender nuestra historia sin conocer la suya. Además, en la presentación de mi anterior novela, el que era entonces director de la Academia de la Historia, Gonzalo Anes, me conminó a que escribiera del siglo XVI en India.

--Suele escribir novela histórica.

--He escrito solo una novela de ficción. Una persona me dijo que la novela histórica era más fácil de escribir que la ficción porque había una serie de hechos en la cual uno iba añadiendo cosas. Yo creo que la novela histórica, si se tiene rigor con la historia, porque hay gente que miente, no es nada fácil.

-- Estuvo 33 años dedicada a la pintura, ¿cómo dio el paso a la literatura?

--Cuando empecé en la pintura me di cuenta de que hacía crónicas. Con lo cual, de pasar de la crónica con los pinceles a escribirla hubo un paso que fue sumamente natural. Además en mi casa siempre ha habido afición literaria. El poeta Carlos Edmundo de Ory era de mi familia, mi hermano Pedro y mi sobrino también publican y mi padre tomaba notas de los países en los que vivíamos.

--Cita al Bosco, Frida Khalo y Rousseau como influencias pictóricas, ¿de qué se nutre su literatura?

--Los tres pintores tienen un hilo conductor. El Bosco tenía un sentido del humor desbordante, en Frida Khalo es esa misma expresión pero en la catarsis de su vida. En la literatura quiero contar un mundo vibrante. A veces nuestras vidas no son vibrantes, pero lo que tenemos alrededor sí que puede serlo.