TITULO: Pilar Bayona. La pasión de la música.

LUGAR: Cortes de Aragón. Palacio de la Aljafería.

FECHAS: Abril-mayo del 2004.

HORARIO: De martes a sábado, 10.30 a 14 horas y tardes de 18.00 a 21.00 horas.

En la sala se oye un piano grabado, pero es en el silencio de esa mirada seria en donde el visitante busca a la pianista que desde niña intuyó el siglo convulso que crecía con ella y no se avino a poner su cara de muñeca a juego con el pitiminí. Dicen que tecleaba a Debussy sin vaguedades o efectismos coloristas. Frente al "sé bella, sé triste" de Baudelaire, ese rostro de Pilar Bayona plasmaba ya en 1911 el "¡Basta de nubes!" de su generación.

Por la sala roja de La Aljafería desfila ese siglo XX discapacitado y sublime: La portada de ABC del año 31, apelmazada de abrigos. La cena homenaje a Viñes en el 36, con esa mirada de quien escucha pisadas de botas.Y luego los dibujos de Pardiñas, el retrato de Lafita que la pilla al vuelo como a una mariposa. Las iniciales lorquianas en ascenso hacia Sánchez Mejías, la caligrafía de Rubinstein como un impromptu...

En la sala se contempla la rúbrica salvaje y ciega de Joaquín Rodrigo, la frase de Aleixandre: "Amiga no escuchada, pero sentida..." y un violín de cartón navideño que le manda Lagunas en la posguerra. Cuando Pedro Avellaned retrata en 1971 el rostro en triángulo de Pilar Bayona el siglo había envejecido. Pero la mirada es la de aquella niña de 1911 que no quiso ser una muñeca.