La vida de Isabel Rodríguez ha estado marcada por la disciplina. Una disciplina que le llevó a estudiar baile flamenco e Historia del Arte en su Sevilla natal, a ingresar en las Fuerzas Armadas con el objetivo de llegar al Museo del Ejército, y que le llevó a compaginar a lo largo de dos años su puesto de sanitaria en el hospital General Militar con un trabajo de bailarina en el cabaret el Plata. Un trabajo que finalmente acabaría ocupando el total de su vida en 2012, conociendo a Bigas Luna sobre los escenarios y catapultándola a diversas efemérides dentro del mundo artístico: colaboraciones cinematográficas con Jordi Colomer, su ingreso en las compañías Teatro Espejo y Dama de Noche, o su colaboración en la exposición Sol de la mañana del Museo Thyssen Bornemisza, en la que Rodríguez hizo de modelo viviente en esta muestra homenaje al cuadro de Edward Hooper.

No es de extrañar que esa disciplina le haya llevado ahora a montar su propia escuela de baile en el Gimnasio Integral de la calle Tomás Bretón. Una escuela en la que Rodríguez quiere plasmar sus conocimientos aprendidos a lo largo de su carrera y tras su salida del Plata en 2016. Un periodo en el que esta actriz y bailarina recorrió las grandes capitales del baile como Nueva York, París o Londres, nutriéndose de la variedad estilística del baile contemporáneo.

El resultado de esa mezcolanza es su nueva academia, un centro de ensayo y conocimiento en el que Rodríguez recibe a grupos de no más de diez personas y a los cuales instruye en el flamenco contemporáneo, un estilo híbrido que toma elementos de ambas disciplinas y en el cual la bailarina compagina elementos tan aparentemente dispares como las técnicas modernas de Isadora Duncan o Marta Graham con el movimiento de manos flamenco. «Este tema llevaba mucho tiempo rondando por mi cabeza, y cuando en 2009 entré a trabajar en el Plata con Bigas Luna fue él mismo quien me impulsó a elaborar esta fusión, a introducir nuevos elementos en el flamenco que había aprendido en Sevilla para que fuese algo más» explica la artista.

ESTILOS FLUIDOS// Durante esos espectáculos en el Plata, tal y como narra Rodríguez, «poníamos de acompañamiento musical a Chano Domínguez al piano con El Pele cantando flamenco, combinábamos los dos estilos y Bigas aceptaba lo que le proponíamos los artistas, trabajar con él era algo muy fluido» explica ella, hablando del prolífico periodo que compartió con el cineasta hasta su muerte en 2013, y en el cual asegura «venían a verme desde los mandos hasta los altos cargos del ejercito por el morbo de ver a una soldado bailar desnuda».

Tras tres años más de recorrido en el popular cabaret zaragozano tras la muerte de Luna, Rodríguez dio el salto a la escena teatral, un proceso en que tuvo que desprenderse «de algunas técnicas que había aprendido en el Plata» y «adquirir otras nuevas». Algo a lo que le ayudo su actual pareja, Paco Ortega, director de la compañía Espejo Teatro y con la cual actualmente interpreta No me jodas por favor, que podrá verse desde este jueves en el Teatro de las Esquinas.

Ahora Rodríguez se enfrenta a una nueva etapa en la que por primera vez se adentra en la docencia. «Lo que pido a mis alumnos es que vengan con ganas de aprender, que tengan ganas de conocer su propio cuerpo y que se quiten la vergüencilla de encima» explica la artista, que impartirá clases de una hora de lunes a viernes en múltiples horarios a grupos de no más de diez integrantes para «no romper el ritmo de la clase».