José Manuel Broto, uno de los artistas europeos más relevantes de la plástica mundial contemporánea, ha irrumpido con la fuerza y el color de su singular universo pictórico en el museo de Bellas Artes de Santiago.

La muestra, inaugurada ayer por los reyes de España y el presidente chileno, Ricardo Lagos, junto al propio artista, es la más relevante hecha en Chile sobre la obra de este pintor nacido en Zaragoza en 1949 y residente en París desde 1985.

Organizada por el ministerio español de Asuntos Exteriores, la exposición permite hacer un recorrido por el interesante y a la vez enigmático legado plástico de Broto, uno de los exponentes más significativos de la pintura abstracta, dijo el comisario de la muestra, José Miguel Illán.

El propio artista expresó una gran emoción ante el hecho de que su obra sea divulgada en países como Chile, donde hasta hora sólo el público especializado tenía referencia de ella.

La exposición se compone de 32 piezas gráficas, que abarcan técnicas que van desde acrílico sobre tela hasta impresiones digitales sobre papel, correspondientes al trabajo que desarrolló el artista durante el periodo comprendido entre 1988 y 2003.

En esta muestra se puede rastrear cómo este artista prescinde del mayor número de elementos posibles, creando composiciones muy sintéticas a nivel formal que se caracterizan por la utilización de fondos planos divididos geométricamente en distintas áreas cromáticas.

"Un cuadro es un objeto nunca acabado, un circuito permanentemente abierto que sólo se cierra cuando lo presencia un espectador", afirmó Broto, que en 1995 alcanzó la consagración en Aragón gracias a la concesión del premio Nacional de Artes Plásticas y en 2003 el Goya de Grabado.