Cuando todo el mundo pensaba en una autora española -mandan actualmente los tiempos del Me Too-, por esa regla no escrita según la cual un autor latinoamericano gana en los años impares y otro español, en los pares, va el jurado del Premio Cervantes de este año y se salta la tradición concediendo el premio a la nonagenaria poeta uruguaya Ida Vitale, un nombre que ha sonado mucho en las quinielas de los últimos años al premio.

Vitale, de 95 años, forma parte de la Generación uruguaya del 45, encabezada por un coloso de la escritura como Juan Carlos Onetti, junto a él la también poeta Idea Vilariño y el periodista y escritor Carlos Maggi. Ella es la quinta mujer que lo consigue María Zambrano (1988), Dulce María Loynaz (1992), Ana María Matute (2010) y Elena Poniatowska (2013).

Discípula de José Bergamín y de Juan Ramón Jiménez, Vitale estudió Humanidades en Montevideo. En 1950 se casó con Ángel Rama, el mas influyente crítico literario del país, con quien tuvo dos hijos. Años más tarde se separaría de él para unirse al también poeta Enrique Fierro.

El ascenso de la dictadura la llevó al exilio en 1974. Se trasladó a México y gracias a la amistad con Octavio Paz formó parte del comité asesor de la prestigiosa revista Vuelta. A mediados de los años 80 regresó a Uruguay, pero en 1989 se instaló en la Universidad de Austin en Texas, junto a Enrique Fierro, 18 años más joven que ella. Vitale ha recibido la noticia en Montevideo, donde se trasladó este año tras la muerte de su esposo en el 2016.

La poesía de Vitale es de carácter simbolista y con un importante espíritu indagador en el lenguaje. Entre los premios que ha obtenido se encuentran el Internacional Octavio Paz, el Internacional Alfonso Reyes, el Reina Sofía de poesía latinoamericana, el Federico García Lorca y el año pasado el prestigioso Premio FIL de la Literatura en Lenguas Romances. Algunos de sus títulos son Sueños de la constancia, Reducción del infinito, Sobrevida. En el 2017, la editorial Tusquets publicó una compilación de su poesía reunida. También son muy destacables sus libros de ensayos sobre Antonio Machado, Cervantes, Carlos Drummond de Andrade y Juana de Ibarbourou y es que se trata de una escritora con mucha actividad.

«¡Qué locura!», dijo Vitale cuando el ministro Guirao le llam por teléfono para comunicarle el fallo del jurado y, tras hablar de los galardones que ha recibido en los últimos tiempos en España, insitió: «Los españoles siguen igual de locos que en la época de la conquista».

VITALIDAD

Una mujer vital, dijo Guirao, que hace honor a su nombre, de tal forma que se ha mostrado convencido de que no tendrá dificultades para recoger el premio en la ceremonia que se celebra en abril en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.

Y es que fue el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, el que anunció ayer el fallo del jurado del Premio Cervantes, el máximo galardón de las letras en castellano y dotado con 125.000 euros, que reconoció la trayectoria poética e intelectual de «primer orden» de Ida Vitale (Montevideo, 1923).

La académica Carme Riera presidió el jurado que decidió conceder por unanimidad el premio a Vitale «por su lenguaje, uno de los más destacados y reconocidos de la poesía hodierna en español, que es al mismo tiempo intelectual y popular, universal y personal, transparente y honda. Convertida desde hace un tiempo en un referente fundamental para poetas de todas las generaciones y en todos los rincones del español».

«Pese a las dificultades por las que atraviesa el mundo hoy: las prisas, el poder o el protagonismo mortal del dinero, la poesía perdurará y se leerá hoy y siempre», suele decir la autora. «Es como la música -recalcó a Efe- uno no puede vivir sin ella y siempre tienes que escucharla, pues con la poesía es lo mismo, es eterna y necesaria, porque es la vida. Yo gracias a Youtube escucho música y cosas muy buenas, pero me da miedo porque eso que ahora nos lo dan como un regalo seguro que luego nos lo quitarán».

El jurado recordó en su reunión al mexicano Fernando del Paso, Premio Cervantes 2015 y fallecido ayer a los 83 años. Sergio Ramírez recordó su amistad y aseguró que su muerte supone «un duelo para todas las letras hispanoamericanas», de las que fue una de sus voces más singulares, dijo. Tanto el ministro como el escritor nicaragüense subrayaron la proyección del galardón al acercar las obras de los premiados a un público más extenso.

Creado en 1975 por el Ministerio de Cultura español, este premio reconoce la trayectoria de un escritor que con el conjunto de su obra haya contribuido a enriquecer el legado literario hispano.

Además de Riera y Sergio Ramírez, el jurado ha estado integrado por Rafael Ángel Rivas; Aurora Egido; Francisco Pérez-Arce; Martín López-Vega; José Manuel Blecua; Concha Barrigós, Norma Valle y Christoph Strosetzki, así como Eduardo Mendoza, galardonado en 2016.

El Cervantes tiene además este año una especial relevancia para el mundo de las letras ya que no ha habido Premio Nobel de Literatura después de que la Academia sueca haya aplazado hasta 2019 su concesión.