Dos acontecimientos musicales aragoneses dependientes de las instituciones han quedado suprimidos este año: El curso de internacional de composición en el Monasterio de Veruela programado por la Diputación Provincial de Zaragoza que debía celebrarse en julio y el Ciclo Gaspar Sanz de guitarra para el otoño, que desde hace seis años organizaba las Cortes de Aragón.

En el primero de los casos, los responsables políticos aducen la falta de alumnos suficientes para justificar el curso de Veruela, al que califican de "minoritario y elitista" y en el segundo, razones coyunturales y de diversificación. Los responsables musicales de los dos eventos coinciden en señalar que las supresiones constituyen evidentes casos de marcha atrás para la cultura en Aragón.

En ese sentido se pronuncia Teresa Catalán, directora de los Cursos internacionales de Composición Veruela Música Viva , quien rebate la tesis de escaso alumnado que expresada públicamente por el jefe de área de la DPZ, Alfredo Romero, y asegura que la media de alumnos en las ocho ediciones realizadas hasta ahora ha sido de 22,8, entre activos y oyentes.

En el año 2000 el total de participantes fue el más bajo: 13 (con cuatro activos y nueve oyentes), y entonces se decidió convocar el curso con caracter bianual. En el 2002 hubo 21 participantes, de los que diez eran activos.

LA POLEMICA

"No es un curso barato --señala Teresa Catalán--, pero tiene una relación de contenido-precio absolutamente razonable". El director de área Alfredo Romero aclara que el presupuesto de 11 millones de pesetas para una semana, además de salir "a millón por alumno", es equivalente al presupuesto de los Cursos de Música Antigua de Daroca al que asisten 233 alumnos. Romero asegura que esos 11 millones se destinarán ahora a becas de ampliación de estudios para alumnos de los conservatorios zaragozanos.

Teresa Catalán, por su parte, argumenta que "en cursos de composición no cabe la masificación, porque son cursos activos. No son como los cursos de Historia donde uno habla y da lo mismo que escuchen uno que doscientos. Aquí cada compositor tiene que tener a su disposición a unos instrumentistas".

Agrega esta responsable que junto a cada curso de composición en Veruela se realizaban tres conciertos con estrenos absolutos de obras inéditas, además de mantener la línea histórica del monasterio en el sentido de "convocar a creadores que en ese ámbito realizan composiciones nuevas, con maestros de primera calidad".

Músicos de la talla de Adler, Trojahn y Saita han dado clases a alumnos de varios países que luego van configurando generaciones de compositores, en cursos únicos en el contexto europeo. Se reunían cada año tres profesores y contaban además con una orquesta estable. En cada clase se disponía de músicos en directo. Contando el personal de servicio, en total venían a reunirse cada año unas 50 personas.

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