Una postal japonesa

Kitaro Kosaka

Después de perder a sus padres en un accidente automovilístico, Okko comienza a vivir con su abuela en el campo, que dirige un ryokan de aguas termales, una posada tradicional japonesa. Allí, la joven puede ver de alguna manera fantasmas amistosos que la ayudan a acostumbrarse a la vida del ryokan, y se convierte en la aprendiz de su futura propietaria después de su abuela. Mientras se prepara para ello, Okko crece con la ayuda del fantasma Uri-b y otros amigos misteriosos. Dirigida por Kitaro Kosaka, esta película fue ganadora del Premio Mainichi a Mejor largometraje de animación en 2018. Adaptación al anime de la novela juvenil escrita por Hiroko Reiji e ilustrada por Asami. La cinta, destinada a los más pequeños, evita entrar directamente en el trauma que supone la muerte de unos padres para tratar el tema con gran sutileza.