Desde Los últimos modernos a las Pinturas de historia, Pepe Cerdá lleva "cuatro o cinco años" retratando y recreando imágenes del pasado con un sentido de la realidad "postcostumbrista. Muestra "a uno cuando representa a muchos", como el ejecutivo de la Bayer que se fotografió con al coche sonoro disfrazados de aspirina en los tiempos de la guerra civil (Cículo de bellas Artes, madrid, 2002), o el Ascaso taciturno y barruntando la muerte (Baco Zaragozano, 2000). "La pintura nació para retratar", dice Cerdá, y sigue esta máxima pintando a decanos de la Universidad de Zaragoza. Entre sus proyectos están algunos cuadernos de viajes, como el del Camino de Santiago.