Con la exposición Rubens. El triunfo de la Eucaristía, el Museo del Prado rinde homenaje al pintor flamenco, examina en profundidad uno de sus encargos de mayor envergadura y muestra la laboriosa restauración realizada en las seis tablas que conserva la pinacoteca de esta serie.

Junto a las tablas, grandes bocetos conocidos como modelli, se exhiben cuatro de los tapices realizados a partir de las mismas que se encuentran en el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid y que han sido prestados por Patrimonio Nacional. Las obras restauradas se encuentran "entre las joyas de la soberbia colección de pintura flamenca" del Prado, afirmó su director, Miguel Zugaza.

Para él, con esta exposición se hace realidad el viejo sueño de unir los diseños de Rubens, testimonio de su arte "rebosante de actualidad", con los tapices originales, que se encuentran "entre los de mayor calidad de los manufacturados en Europa en el siglo XVII".

En torno a 1625 la infanta Isabel Clara Eugenia, gobernadora de los Países Bajos españoles, encargó a Rubens el diseño de una serie de veinte tapices con destino al Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, donde aún se conservan todos ellos. Los diseños, pintados sobre tabla, tratan el tema de la Eucaristía, dogma principal del catolicismo que la infanta defendía. Rubens realizó varios bocetos preparatorios para esta serie, que se encuentran entre lo mejor de toda su producción.

"Se trata de obras especialmente importantes por su calidad", en opinión de Alejandro Vergara, comisario de la muestra junto a Anne Wollett.