Tres novelas y un denominador común, la reivindicación de una escritura alejada de la literatura y basada en capturar la vida con el mundo rural como telón de fondo. Crematorio, de Rafael Chirbes; Llamando a las puertas del cielo, de Antonio Ansón y Cementerio de pianos, de José Luís Peixoto recibieron ayer los premios Cálamo del 2007 en un acto celebrado en el restaurante Garden.

Rafael Chirbes recogió el premio Cálamo al Libro del año 2007 por Crematorio (Anagrama), un galardón que decidieron los lectores de la librería zaragozana a través de una votación. "No es un libro muy complaciente con el lector pero he intentado captar al hombre, la sociedad contemporánea y la falta de valores en la que nos movemos ya que el dinero y el poder es lo que mueves el mundo", explica el valenciano, que no duda en reconocer que el libro premiado tiene mucho dolor. "Es muy pesimista hasta el punto de que no sabía si era ético publicarlo. Tuve muchos problemas de conciencia".

Finalmente, Crematorio vio la luz con un gran éxito de crítica y entre el público. Prueba de ello es el galardón que recibió ayer. "Los premios editoriales son más dudosos que los que se entregan a obra hecha como esta. Por eso me produce una satisfacción muy grande haberlo ganado por segunda vez (lo consiguió ya en el año 2004)".

Chirbes insistió en que escribe desde las vivencias y desde el humor: "Odio los bestiarios de literatura. Yo solo quiero capturar la vida. Mi único objetivo es empezar la novela con una frase y seguirla hasta el final del libro sin hacerle ninguna trampa al lector en el tono y en el estilo".

PREMIO EXTRAORDINARIO

El zaragozano Antonio Ansón recogió el premio Cálamo Extraordinario del 2007 por su primera novela, Llamando a las puertas del cielo, editada por Artemisa. "Habla de un pasado que a nadie le gusta recordar. Los muchachos que describía Goytisolo en Camino de Níjar con su miseria y sus desgracias son los que ahora se pasean con sus 4x4 rodeados de billetes. No les interesa recordar quiénes han sido". Así, la ópera prima de Antonio Ansón analiza ese paso de la sociedad rural a la modernidad mal entendida para una generación que se quedó en medio de todo: "Llegamos tarde a la revolución y muy pronto a la modernidad".

Una novela en la que lo fundamental son las vivencias, explica Ansón: "No me interesa la literatura literaria, me aburre, me interesa mucho más la historia de la gente. Mi libro se nutre de recuerdos, experiencias que han ido encajando en la trama".

El tercer galardonado de la noche fue el portugués José Luís Peixoto, cuyo Cementerio de pianos recibió el premio Cálamo Otra Mirada del 2007. "Habla de la vida y de la muerte. Es la historia de una familia, de un padre y un hijo, que pasan por los distintos sentimientos reales que viven", asegura Peixoto que cree fundamental que existan este tipo de premios: "Que me reconozcan en otro país es algo que me ilusiona enormemente. Y, además, que sea en España es muy importante porque aproxima culturalmente a dos países que en materia cultural se desconocen bastante".