Para darlo por bueno, Francisco de Goya realizó varios retoques posturales en los hombros, en las manos o en los botones de la casaca pero en 1789, el artista aragonés dio por concluido su cuadro "Retrato de Carlos IV". No era un cuadro cualquiera ya que era el primer retrato oficial y autorizado del monarca, a partir del cual se realizaron multitud de copias en la época, siempre partiendo de estas primeras pinceladas. Ahora, este cuadro forma parte de la colección del museo Ibercaja Goya, después de que haya sido cedido «indefinidamente» desde una colección particular que prefiere mantener el anonimato. El retrato, que ha pasado a colocarse al lado del de la reina consorte María Luisa de Parma, fue presentado ayer por el director de la Obra Social de Ibercaja, Juan Carlos Sánchez, acompañado por la responsable cultural del banco, Magdalena Lasala; y por la directora del museo, Rosario Añaños.

Se trata de un óleo sobre lienzo fechado en 1789, «una época de esplendor de Goya» que tenía entonces 40 años (el rey contaba con 43), de 111,5 x 76,5 centímetros. «Se muestra -explicó Lasala- a Carlos IV de pie en tres cuartos sobre fondo neutro que facilita al espectador que se fije en el monarca». En él, prosiguió la responsable cultural de Ibercaja, «se ve la empatía característica de Goya con el retratado que presenta una actitud pausada y una mirada directa que desvela el carácter melancólico del rey».

Han sido los expertos del Centro de Arte de Época Moderna de la Universidad de Lérida los que han estudiado este cuadro y ellos también han sido los que han señalado que es el primer retrato oficial de Carlos IV de Goya a partir del cual se realizaron otros muchos. El artista de Fuendetodos lo pintó recién aterrizado en la corte de Madrid y el cuadro pasó a formar parte de la colección Godoy.

Tal y como señalaron ayer los responsables de Ibercaja, este retrato solo había formado parte de dos exposiciones, una en Burdeos en 1951 y otra en el Casón del Buen Retiro de Madrid en 1961. «Con esta cesión, es la primera vez que es depositado el cuadro en un museo para integrarse en su discurso expositivo». Y es que, ahora, llega al museo Ibercaja Goya (sin fecha de devolución) donde ha pasado a formar parte de la sala que muestra los 40 años de retratos del pintor aragonés: «Enriquece la colección lo que refuerza el proyecto que comenzamos en 2015 cuando renovamos el discurso permanente de este museo», indicó la directora Rosario Añaños.

«Goya siempre matuvo una estrecha relación y continua con Carlos IV y su familia de la que pintó, posteriormente, en 1800, un retrato que es la culminación de todos los retratos del aragonés en esa época», recordó Magdalena Lasala.

«Con la incorporación de este cuadro -quiso resaltar Juan Carlos Sánchez-, provocamos tres efectos, el primero es reforzar nuestra galería de 40 años de retratos. Además, mantenemos vivo nuestro compromiso de no defraudar al visitante y contribuimos a hacer más atractivo el foco turístico en Zaragoza».

De hecho, desveló Añaños, el museo ha recibido 30.000 visitantes en el último años y, entre ellos, además de la presencia de madrileños, catalanes y andaluces, destacan las de franceses, ingleses e italianos produciéndose también un aumento de turistas chinos.

La incorporación de este Retrato de Carlos IV al museo Ibercaja Goya es la tercera que se produce en el centro en el último año. El pasado mes, coincidiendo con el Día de los museos, el Gobierno de Aragón cedió por seis meses el retrato de don Luis María de Borbón y Vallabriga y el año pasado llegó también al museo otro del nieto del artista, Mariano Goya, cuadro de los herederos del Duque de Alburquerque. «Carlos IV será la estrella de la Noche en blanco», concluyó Sánchez.H