Con una salva de aplausos y "enternecido y encantado", recibió ayer Petros Márkaris el Premio de Honor Aragón Negro, un galardón que, confesó el escritor, le llegó "al corazón". Cuando los aplausos de un Teatro Principal que llenó el patio de butacas para escuchar al escritor se lo permitieron, Márkaris tomó la palabra para lanzar una reflexión alrededor del reconocimiento: "Para un escritor es muy importante tener muchos lectores, pero también saber que hay un público que responde a lo que intenta decir y eso es algo que funciona en las dos direcciones porque el autor le da al público una forma de reacción, pero el público le devuelve la fuerza al autor para que lo haga. Este premio es la reacción del público que me pide que siga escribiendo".

Fue la culminación al acto estrella de Aragón Negro ya que, anteriormente, el autor protagonizó un coloquio alrededor de su última novela, Pan, educación y libertad (Tusquets), en el que conversó con los también escritores Juan Bolea y Virginia Aguilera. Durante el mismo, Márkaris no rehuyó ningún asunto y entró de lleno en la grave crisis que arrastra su país. "Cuando mi personaje dice que el gobierno griego es la única mafia que ha quebrado, es la verdad. La situación en Grecia no solo no mejora sino que va a peor, y soy pesimista porque eso significa que va a destruir la clase media que es la que hace que el país avance". Una situación generada por las élites políticas surgidas de la generación de la revuelta de la Universidad Politécnica de Atenas: "Les admiro porque fueron los únicos que resistieron a la dictadura, pero acabaron haciendo lo que no tenían que hacer, gobernar solo para ellos. Eso coincidió con la entrada de gran cantidad de dinero en el país, que lo distribuyeron solo entre ellos. Cuando acabaron los Juegos Olímpicos de Atenas, ya no se podían esconder las malas decisiones y esos errores son los que han propiciado estas medidas tan severas", dijo sin tapujos Márkaris.

TRILOGÍA DE LA CRISIS Provocado por todo esto, el escritor construyó su trilogía de la crisis alrededor de su comisario Kostas Jaritos: "Nace de que estoy muy enfadado con los políticos de mi país porque no nos han contado la verdad. Han intentado clamar al pueblo mintiéndole, diciéndole que, en un año, la situación mejoraría y yo sabía que era mentira. Esta trilogía la hice porque la gente estaba intentando descubrir qué estaba pasando y mi deber era hacerlo comprender, que era lo que otros no hacían y si algo me hace feliz es que la gente sabe que estoy intentando hacer algo para que lo entiendan", explicó el premio de honor.

Es por eso, prosiguió el autor, que es "necesario" que la gente reaccione cuanto antes: "En algún momento lo harán, pero estaría aliviado si fuera ya porque dentro de dos o tres meses, será peor. Cuanto más tarde se reaccione, más dura va a ser la situación".

Un momento en el que cada vez es más importante la figura femenina, como sucede en su serie con la mujer de Jaritos: "Es idéntica a mi madre, que fue una ama de casa que cada crisis que estallaba en Estambul, que es donde me crié, ella era la que mantenía la familia unida y en marcha, que es lo que está pasando ahora con esta crisis. Las mujeres están poco valoradas por los intelectuales, ellas siempre han dirigido los tiempos duros y las respeto profundamente".

Márkaris (que confesó que "ama" las ciudades porque el campo no le dice "nada") explicó también su manera de afrontar el género: "Soy consciente de que tiene unas normas y hay que respetarlas, pero la clave es cómo ir más allá", dijo, antes de confesar el motivo de matar a sus víctimas tan pronto: "Todo el mundo piensa quién va a morir y la mejor manera de que el lector se fije en otras cosas es matar cuanto antes", confesó bromeando.