I Me Mine es, ya saben, el título una canción escrita y cantada por George Harrison e incluida en Let It Be, el último álbum de estudio de The Beatles, y también, por si no lo saben, el nombre de un espléndido trío de músicos franceses con base en Toulouse, ganador de la última edición del concurso Villa de Bilbao en la modalidad pop-rock. Un combo de marcados acentos psicodélicos, pero en absoluto anclado en los tiempos más floridos del movimiento lisérgico. Eso no invalida, claro está, las querencias del grupo por la tradición: desde The Beatles (inevitablemente) a Jefferson Airplane, pasando por unos primeros y progresivo-psicodélicos King Crimson. A este listado pueden añadir otros nombres, por supuesto, pero la clave de I Me Mine radica en la forma en la que engarza los códigos de la psicodelia clásica con elementos contemporáneos de la música electrónica y del pop.

Pero hay más: I Me Mine factura canciones excelentes y las interpreta con una maestría singular. Y no hablo de virtuosismo vacuo sino de desarrollo emocional. El trío, apoyado por ritmos programados, juega de manera ejemplar con bajo eléctrico, batería, guitarra española y, ocasionalmente, teclados. Canta con gusto exquisito, bordando además las armonías vocales. Y ojo al detalle de la guitarra española, pues imprime a las composiciones ese toque que, sin llegar a mostrarse como una clara influencia de estas tierras del sur de Europa, imprime un carácter muy francés. Para que me entiendan: es como si en ese universo de rock flotante se colase de vez en cuando y sutilmente una ráfaga de la música de Les Négresses Vertes.

El jueves, en Robby Robbot, I Me Mine actuó ante un reducido grupo de espectadores, pero lo hizo con el mismo entusiasmo que habría desplegado en un estadio lleno de seguidores. Para esos seguidores, entusiastas por cierto, revisó piezas de su primer disco, homónimo (The Sun Behind The Cloud, Life Is Very Strange, Number 4, Waiting For Summer, Orchestra, The Sun…) y otras como Elephant In The Doorway. Habrán observado por los títulos que el trio canta en inglés; sí, pero su música, con todas las influencias anglo que se quiera, tiene un toque muy de casa. O sea, le psychédélisme c’est chic!