Ántonimo, el cuarto disco de Rayden en solitario, el rapero que cantaba en A3Bandas y Crew Cuervos, profundiza aún más en la evolución musical de este artista, que él mismo reivindica en uno de los temas que adelantó de single, No hago rap. De momento tiene dos fechas confirmadas para actuar, el 11 de marzo en el espacio de Radio 3, en el evento Radio encendida 2017 en Madrid, y el 1 de agosto en el Arenal Sound. Mientras tanto se encuentra promocionando su nuevo trabajo organizando firmas de discos, como la que tuvo lugar ayer en Fnac de Zaragoza.

-En el single del álbum canta, «No hago rap y a la par hago más por él». ¿Cómo?

-Hablo en tono irónico, porque en el disco anterior ya había voces más sectarias que decían que no hacía rap, por la música y algunas colaboraciones que hacía, como Leiva o Rozalén. Precisamente esos raperos que me lo dicen puede que sean conocidos gracias a que mi música tiene mayor dimensión. El rap nació de la mezcla, de la mixtura, pero resulta que su ejecución solo puede ser de una forma concreta… ahí nos estamos perdiendo algo. Desde el primer disco sigo una línea paulatina, y siempre se pueden establecer equivalencias entre ellos, pero sí este es el primer disco que a la hora de crearlo no pensé en contar con los productores estándar de rap.

-¿Este planteamiento lo va a llevar al directo?

-Sí, ya tuve la suerte de contar en la gira anterior con un guitarrista y un corista, y en esta llevaré batería, teclista y bajista, quiero hacer un espectáculo en toda la regla, para que la gente que paga una entrada se vaya satisfecha. En los directos de rap yo notaba falta de dinámica, no que fueran aburridos o faltos de ritmo, pero al ser una pista grabada no se puede llegar a crecer con la banda en el escenario.

-Al componer las canciones, las influencias de otros estilos como funk o rock, ¿las imagina como una base sobre la que rapear?

-Yo trabajo con Ale Acosta, el productor del disco, y cuando empezamos a trabajar dijimos de llevar influencias, y el se sorprendió al ver que yo traía The White Stripes, Black Keys… y entonces le dije, pues vamos a dejar de escucharlo, ya sabíamos lo que que- ríamos para el disco, y empezamos a establecer un criterio. Más que para el directo, está pensado para yo perderle el miedo al silencio, porque siempre rapeo durante todo el disco entero. Voy a seguir cuidando las letras, pero quiero que la música llegue a donde yo no puedo llegar.

-¿Qué le sugieren los antónimos para denominar así al disco?

-El concepto del disco, Antónimo, surgió buscando cuál fue el primer antónimo de la historia, y así planteo que lo primero que hace el ser humano para entender el mundo es construir antónimos, por ejemplo, esto es una pared, esto no, confrontar términos para poner las cosas en claro. Pensé en un ejercicio que hacía de pequeño con el piano, que consistía en ir juntando las manos mientras pasaba mis dedos por las teclas, una mano desde la nota más grave y otra desde la más aguda; yo quería hacerlo con las palabras.

-¿En qué parte de este disco se ha sentido más fuera de su zona de confort?

-Yo es que me he sentido muy cómodo en este disco, todo lo que quería hacer está, e incluso tenía miedo de ser conservador. No sabía hasta qué punto el público entendería mi deriva musical, pero si no lo hiciera les estaría faltando al respeto a ellos, y también a mí. Es el primer disco que también me soprende a mí, y en cuanto al futuro, seguirá por esa línea porque como ya he dicho es algo paulatino a lo largo de los años; cada disco es un reflejo de mis inquietudes actuales.