«Todos tenemos miedo. Hace que apreciemos el valor de las cosas». Esta es una de las frases que forman parte de El guardaespaldas. La mítica película protagonizada en los años noventa por Kevin Costner y Whitney Houston llega ahora a Zaragoza en forma de musical. Desde el pasado miércoles y hasta el próximo 9 de febrero será posible revivir, sobre las tablas del Palacio de Congresos de Zaragoza, la historia de amor entre la cantante pop Rachel Marron y su escolta personal, Frank Farmer.

Durante dos horas de espectáculo, un elenco compuesto por 20 artistas cantan las canciones de Whitney Houston con música en directo, mientras actúan y se rodean de los complejos bailes de funky o break dance elaborados por el coreógrafo Bill Goodson. «El espectáculo muestra la necesidad de ser querido, y cómo a veces el éxito en nuestro trabajo nos impide amar. Está compuesto por trece números en los que cantan o bien el personaje de Rachel Marron, o su hermana Nicky. En este show tenemos en total ocho bailarines y dos swings que hacen las rotaciones y se tienen que saber todos los bailes de todos los compañeros, porque en cualquier momento tienen que salir a cubrir. Además, los personajes de Rachel y Nicky también son interpretados por dos actrices cada uno, es todo un planteamiento medido al milímetro», explica Morris Faccin, director residente del espectáculo.

Así, Chanel Ferrero, una de las actrices que encarna a Rachel Marron en el musical, destaca la complejidad de representar su papel: «Hacer lo mismo que hizo Whitney Houston es bastante complicado, pero no solo por sus canciones, sino porque al mismo tiempo también estamos bailando, interpretando, dialogando, y eso cansa muchísimo la voz… Por eso para mí es un reto bastante grande, pero creo que si le pones pasión, amor e intentas transmitir todo lo que llevas dentro y contar y cantar la historia, al publico le llega y es con lo que nos quedamos al final del espectáculo».

La actriz interpreta temas clásicos de Whitney Houston como I’ll always love you o I wanna dance with somebody, en el que intervienen todos los personajes en un acto de comunión con el público: «Siempre nos gusta introducir algo para interconectar con el público. En este caso es un número contemporáneo del musical, que tenemos pese a que no sirve para contar la historia. Lo desarrollamos al final del show cuando le preguntamos al público cómo se encuentra y si tiene ganas de bailar. Es un momento muy bonito en el que se genera una cercanía entre los espectadores y los artistas». Octavi Pujades, que en el musical interpreta a Frank Farmer, incide en la misma idea cuando reconoce lo gratificante que es ver la participación del público: «Yo creo que es una historia muy bien trenzada. Al ser un espacio tan grande al principio no vemos muy bien al público, pero en el número final el ver a toda esa gente en pie, bailando y con sonrisas en la cara es algo muy gratificante», admite.

Además del peso que guarda la música a lo largo del show, este también destaca por su complejidad en cuanto a bailes, escenas, diálogos, efectos y la parte técnica. Así, aunque los ensayos comenzaron, en palabras de Chanel Ferrero, «hace poco más de un mes», hay mucho más trabajo detrás: «En mi caso al representar un personaje de tanto peso como el de Rachel Marron, en mi casa previamente me he encargado de estudiar las letras y de empaparme de ese rollo de Whitney Houston, de ver cómo sujeta el micrófono, cómo se mueve».

En este sentido, tanto Octavi Pujades como Chanel Ferrero destacan el trabajo que hay detrás del telón para que el espectáculo funcione. «Nosotros comentamos siempre que hay un show delante y otro detrás. Todos los técnicos, sastres, peluquería, maquillaje tras el telón hacen que lo de delante resulte. Sin su trabajo no ocurriría nada, es una maquinaria enorme para mover a la vez», explica Ferrero.