Rafael Campos alza el telón, pero esta vez como gerente del Patronato Municipal de Artes Escénicas, que engloba el Teatro Principal, el Mercado, el Ballet de Zaragoza y la Filmoteca. Autor, actor, director, profesor, productor, impulsor de nuevos escenarios, crítico... el nuevo responsable, nacido en Ateca hace 50 años, ha visto desde todos los ángulos el poliédrico mundo del teatro. Campos llega a su nuevo papel con ideas renovadas, que irá poniendo en marcha en los diferentes espacios zaragozanos. Según afirma, quiere "impulsar el teatro, darle más vida y abrirlo a nuevos compromisos". Se trata de proyectos para impulsar la escena, satisfacer necesidades para un público que ya es diferente, y acrecentar desde este ámbito la oferta cultural de la capital aragonesa.

GRAN EXPERIENCIA

Rafael Campos Lozano está unido al territorio de la escena desde hace muchos años, con sus comienzos en formaciones como Teatro de la Ribera o El Grifo y conoce muy bien las entretelas internas, además de ser un hombre conectado con responsables artísticos de otras comunidades.

Titulado en dirección de escena por el Institut del Teatre de Barcelona, realizó estudios de pedagogía de la voz con Michael y Ana McCallion. El nuevo director del Principal ha venido impartiendo clases de voz e interpretación desde hace 18 años en la Escuela Municipal de Teatro. El siempre ha apostado por el teatro como un elemento de comunicación, implicado en la vida y en la sociedad.

Junto con otros responsables de la compañía Tranvía Teatro, en el año 1996 puso en marcha un proyecto, nacido con más ilusión que presupuesto: El Teatro de la Estación --dirigido actualmente por Cristina Yáñez-- que incorporó después otro espacio, Vía dos, dedicado a obras de formato más pequeño. La Estación es una sala independiente y única en sus características en la ciudad. Decenas de obras y miles de espectadores han pasado por este espacio ubicado en la calle Teniente Coronel Pueyo, con una amplia programación de calidad. Desde hace dos años realizan un ciclo de teatro contemporáneo, con participación de diferentes comunidades, que ha permitido traer a Zaragoza títulos muy señalados en otros escenarios. Además, la Estación también incluye anualmente un programa de teatro juvenil e infantil.

En la otra vertiente, el teatro se ha convertido igualmente en toda una escuela. Cada curso se reúnen más de 200 alumnos de diferentes edades, transformándose en un centro de formación y potenciación de actores, algunos de los cuales han saltado a la televisión o han creado sus propias compañías.

Rafael Campos, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Directores de Escena de España (Ade), es autor de varias obras. La última que pudo volver a verse recientemente en Zaragoza fue Sobrino de Don Juan... (en la terapia) , pero antes hay que destacar: Memoria de bolero (1993) Opereta en calderilla (1999), Farsa de espectros, Proxémicas, Robinson de Cabaret, Más o menos Shakespeare (2002), Desolaciones y De donde nace la farsa , además de la puesta en escena de numerosas obras y adaptaciones desde la compañía Tranvía Teatro y el taller de graduados de la Escuela de Teatro de Zaragoza.