Hace 39 años, Raphael enternecía sobremesas familiares, vía televisiva, con su Canción del tamborilero. Desde entonces, al intérprete jienense le quedaba, dice, la asignatura pendiente de dedicar un disco completo al universo navideño. "Hacía falta en una discografía tan larga como la mía", asegura. Ahora lo ha conseguido, por fin, con Raphael vuelve por Navidad.

"No es un disco oportunista --asegura el cantante--. ¡Yo ya no hago nada oportunista!. Bien, no creo que lo haya hecho nunca --aclara--. Siempre he hecho lo que he querido, y más ahora, porque tengo un bagaje y digo ´yo quiero esto´, y no hay más tu tía". Raphael dice tener una visión amable de la Navidad, sin excesos de melancolía, sobre todo después de su operación de trasplante de hígado, hace casi dos años.

"Ahora veo las cosas de forma más optimista, con más concordia. Le doy importancia a las cosas que la tienen: la familia, los amigos, el trabajo... --enumera--. Lo que nos llena la vida y nos hace vivir. Tener tres pesetas más o menos no tiene ninguna importancia", reflexiona.

Lanzar un disco en estos tiempos de crisis sectorial requiere una cierta confianza en el potencial propio. Es el caso de Raphael, que califica la situación de "desastre", aunque sentencia: "La piratería no me echa para atrás. Cuando creo, no pienso en las ventas". Admirador de Alex Ubago y David Bisbal, cree que el actual modelo de negocio perjudica, sobre todo, a los artistas noveles. "Tienen que ser inteligentes para dosificarse. Demasiada exposición puede saturar. A las discográficas no les importa que un artista se queme, mientras venda". Opina, eso sí, que Bisbal "sabe muy bien lo que hace".

Raphael vuelve por Navidad incluye los clásicos de rigor (Noche de paz, Pastores venid, Blanca Navidad... ) más aportaciones como Happy Xmas (war is over) , de John Lennon --"la veo muy actual; desgraciadamente, siempre hay una guerra que está ahí"--, y Last Christmas, del antiguo grupo de George Michael, Wham!, que adopta con un tempo más pausado. "Es una canción muy triste, pero ese ritmito discotequero que tenía... Cuando una cosa es seria, como esa letra, hay que planteársela en serio". En Bendita y maldita Navidad , una pieza nueva, se desmarca de la complacencia habitual y apunta hacia temáticas sociales: los malos tratos, la inmigración, las guerras... "Quería una canción valiente, de denuncia, que contara problemas de los que, en Navidad, nadie se quiere acordar".

A punto para viajar, una vez más, al otro lado del Atlántico, Raphael se ha puesto manos a la obra en un nuevo proyecto: un libro en el que relatará la experiencia de su trasplante, y cuyos derechos irán a parar a la investigación médica: "Dicen que será bueno para mí y para las personas que viven esos problemas".