Una ciudad transparente donde no hay hueco para la privacidad. Este es el argumento principal de Rendición la nueva novela del guionista y escritor Ray Loriga que presentó ayer en el IAACC Pablo Serrano. El escritor, considerado uno de los mayores exponentes del realismo sucio español, acudió a Zaragoza para un coloquio junto con la también escritora María Pérez Heredia, que ejerció de moderadora en el dialogo entre Loriga y el público.

Perdición, calificada por la crítica como profundamente «orwelliana y kafkiana» narra la historia de un matrimonio que ha perdido a sus hijos a causa de una guerra. Un tímido muchacho mudo irrumpirá en la vida de esta pareja, para luego tener que mudarse a una nueva ciudad donde las paredes son transparentes y donde no hay lugar para la privacidad.

Esta novela ha sido premiada recientemente por el Premio Alfaguara 2017 en su XX edición, sobreponiéndose a 175 novelas provenientes de todo el territorio hispanoamericano.

Loriga explicó que con su novela pretendía dar un «aviso a navegantes» ya que según sus palabras «nos hemos enredado en algo que nos está quitando y nos va a seguir quitando mucho». El escritor, reconocido detractor de las nuevas tecnologías (estuvo viviendo durante algo más de tres años sin teléfono móvil) se mostró especialmente crítico con la tesitura actual «Vivimos en un mundo que acepta muy bien las diferencias en los distintos colectivos, pero si no te adscribes a ningún colectivo te conviertes en un paria» dijo el autor, haciendo un marcado paralelismo con las redes sociales, y añadió: «No todo es remar juntos, aunque suene un poco mal».

Así mismo, Loriga quiso poner distancia entre su novela y las obras de Orwel y Huxley, con quien tanto le han comparado a raíz de este último trabajo. «En Rendición no hay pesadilla totalitaria, no hay control, espionaje ni extorsión porque no hace falta, aquí el enemigo es el consenso del grupo, todas las medidas de control se sustituyen por la vanidad» explicó el escritor, mostrándose temeroso del futuro: «Me da miedo que la sociedad avance en esa dirección».

Por otro lado, Loriga quiso hablar sobre la figura del narrador de la novela, lo que según dijo él, es «lo que más he trabajado de este libro». Toda la novela está contada como un monologo interior del protagonista. «Él habla de sí mismo y no escribe sobre aquello que ya sabe, es la razón por la que no habla de su país o de sus fronteras, porque el ya las conoce, es un modo de invitar al lector a entrar en su cabeza en vez de simplemente hablarle» explicó Loriga, que admitió haberse influenciado en los trabajos de Samuel Beckett y Juan Rulfo para crear este peculiar estilo narrativo.

En resumen, Loriga definió su novela como una reflexión sobre el individuo. «Me interesaba ahondar en la cuestión de ¿hasta qué punto alguien es alguien sin el reflejo de su entorno? ¿cómo se define la identidad personal cuando todas sus circunstancias cambian?»

Perdición se postula como la obra más madura del escritor madrileño, distanciándose de su habitual estilo plagado de drogas, sexo y rocanroll.