BEBIDA FAVORITA:
GIMLET DE GINEBRA
Muchos autores debidamente alcoholizados sostienen que solo se puede escribir sobrio. No es el caso de Chandler. Cuando Hollywood se fijó en él, exigió a la Paramount la presencia de dos secretarias para que cuando hubiera alcanzado el debido grado etílico pudiera dictarles el guion de la película La dalia azul.