Un relieve funerario realizado por el artista y pedagogo oscense Ramón Acín, que muestra a un hombre en actitud doliente, forma parte ya del patrimonio de la ciudad de Huesca, después de permanecer oculto durante más de 80 años entre dos paredes.

La pieza fue presentada ayer al público en el Museo Pedagógico de Huesca, en un acto al que asistieron, el director general de Patrimonio del Gobierno aragonés, Javier Callizo, la alcaldesa de la ciudad, Ana Alós, la restauradora, Sandra Llorens, y una de las nietas del artista, Catalina García Bragado.

Se trata de un molde en escayola de una pieza escultórica en bronce realizada en los años 20 para la fosa común del cementerio de Huesca.