La celebración del Día del Libro virtual vino a paliar de alguna forma la tristeza que a libreros, editores, autores y también a los lectores embargó en este 23 de abril con las calles vacías y un paseo Independencia de Zaragoza desolado para una jornada marcada siempre por el bullicio y el trasiego de firmas, ventas de libros y la alegría del olor de los claveles..

Porque tristeza fue ayer la palabra más repetida entre los protagonistas de la jornada, que como Marina Heredia, presidenta de la Comisión Permanente del Libro de Zaragoza (Copeli) , lamentaba que no hubiese podido celebrarse como siempre «la que es la fecha más importante del año para el mundo del libro, y no solo por las ventas, sino por el ambiente de fiesta que se crea en Independencia». Al menos, decía, «los actos en las redes nos han consolado y han podido ayudar a la gente a quitarse por un día sus problemas de la cabeza y a pensar en libros».

Y es que de eso se trataba ayer, de convertir la jornada en una fiesta de exaltación del libro, pese a las circunstancias. Por eso, más de un centenar de autores participaron en los actos organizados por Copeli, en colaboración con el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Zaragoza, las librerías, las bibliotecas, la Diputación Provincial, las Cortes, el Teatro de las Esquinas... todos pusieron su granito de arena para contribuir a que los libros no caigan en el olvido. Eso sí, no hubo, como otros años, un ranking de los libros más vendidos o, en este caso, los más vistos en Youtube, pues Copeli no aportó datos de las visitas a las redes, porque a las 21 horas, «todavía estamos subiendo recomendaciones literarias y como los vídeos quedan ahí todavía habrá interacciones en los próximos días», explicaban.

Algo que era evidente, pues a medida que fue transcurriendo la jornada los vídeos de las presentaciones que los autores habían realizado por la mañana iban creciendo en visualizaciones, mientras que los que se emitían por la tarde iban más flojos en pinchazos. Así, solo en los vídeos de las denominadas Firmas Virtuales, a las 21 horas, Vera Galindo, que había abierto por la mañana la serie, llevaba 231 visualizaciones, Margarita Barbáchano, que presentó su obra Las imperfectas, por la tarde, 63, y Mónica Santana, que cerró la noche, acababa de llegar a la decena. Es decir, que los vídeos irán dando juego en las próximas horas.

Eso sí, este «experimento obligado», como lo denominó Marina Heredia, permitió que los interesados supiesen que ¿Cómo lo ves?, la obra que presentó la ilustradora Vera Galindo había recibido el premio Apila Primera Impresión y que es un álbum para niños que los introduce en el mundo del arte a través de artistas contemporáneos. O que Margarita Barbáchano o Miguel Mena, no pudieron presentar sus últmas obras por culpa del coronavirus y así, a través de los vídeos de Copeli o de las Cortes de Aragón, los daban a conocer al público. Algo es algo.

Sin embargo, la jornada dejó ese poso de tristeza del que hablábamos al principio. «He colaborado lo que me han pedido, pero es muy triste, un día raro, extraño», decía Juan Bolea, quien habló de su última obra, Sangre de liebre en el programa de las Cortes de Aragón El palacio de los libros. Bolea echaba de menos la fiesta del 23 de abril «porque es un día de satisfacción plena, una fiesta en la que te juntas con los lectores, un día lleno de emociones», comentaba antes de lamentar, sobre todo, «el palo» económico supone para libreros y editores.

Algo en lo que insistía Miguel Mena, que en el mismo canal de las Cortes presentó su libro Canciones tristes que te alegran el día, y que decía sentir «una pena muy grande por los libreros y los editores, sobre todo los pequeños editores, porque mi libro ya saldrá, y el 90% de los escritores no somos profesionales de la literatura, pero ellos sí», señalaba, mientras decía estar viviendo la jornada «con melancolía, por la buena mañana que ha hecho y recordar cómo ser pone Independencia de bote en bote».

EMOTIVO HOMENAJE / Marina Heredia, por su parte, lamentaba también el golpe que va a suponer para libreros y editores esta pandemia del coronavirus, «pues nos ha cogido en el peor momento, ya que es la campaña fuerte, el Día del Libro, las ferias, donde se hacen el 30% de las ventas del año y recuperarse va a costar tiempo. Todos habían hecho las inversiones en las novedades y van a estar meses sin poder vender. Es complicado. Seguro que habrá cierres», decía con tristeza,

Y, al menos, se congratulaba del «único acto presencial», el homenaje a los sanitarios en el Miguel Servet, en el que el Gremio de Editores ha colaborado instalando una mesa y repartiendo 600 libros. «Ha sido emocionante, y además nos daban las gracias cuando éramos nosotros los que se las estabamos dando a ellos», decía mientras albergaba la esperanza de poder recuperar más adelante el Día del Libro, «en junio no creo que sea posible, a ver si en otoño...» H