Ha dedicado toda su carrera a la posproducción de cortometrajes y los efectos visuales, con los que incluso ha conseguido un premio Simón; pero sintió la necesidad de dirigir un proyecto personal. La tierra muerta es el primer trabajo del zaragozano Sergio Duce, que se estrenó recientemente en el Centro de Historias.

«Quería reencontrarme con mis raíces y volver al pueblo», reconoce el realizador sobre esta obra de ficción en la que ha fantaseado «con las tradiciones, el fuego», con las supersticiones, la relación del hombre con la tierra y «cómo el miedo nos lleva a perder la razón». Se trata de una «historia local» rodada en un «plano filosófico» que se puede trasladar a todos los momentos, «también al actual, de cómo la crisis acentúa y saca aspectos feos de todos», explica.

Duce quería que fuera muy «fotográfico y cinematográfico» y no quería caer en su trabajo habitual, «pero luego me ha tocado la postproducción».

Del estreno salió «contento» porque es una «historia difícil, ambientada en la posguerra española, que se aleja de la realidad. Está narrada en aragonés y castellano; y es verdad que se lo pone difícil al espectador, pero todo el mundo se ha dejado llevar», reconoce.

GRANDES ACTORES

El elenco de La tierra muerta lo componen Santiago Meléndez, en el que fue uno de sus últimos trabajos para el cine; y es que «para ser mi primer corto la respuesta fue muy generosa»: con Laura Gómez-Lacueva, Mariano Anós; y José Luis Alcobendas. «Hay un gran potencial y lo que mejor funciona es el equilibrio entre actores».

El cortometraje cuenta con un presupuesto de 26.500 euros y obtuvo subvenciones de la Diputación Provincial de Zaragoza, el Gobierno de Aragón y la Televisión aragonesa. El rodaje tuvo lugar en Ateca (el pueblo de sus orígenes) y Pajares de Calmarza, lo que encareció el proyecto.

La tierra muerta comienza ahora su recorrido por festivales. El sábado se proyectará en el Festival de Cine de La Almunia -«al que le tengo mucho cariño»-, en su primer certamen a concurso.

A partir de ahí seguirá su proyección nacional e internacional, «algo que me gustaría porque aunque sea aragonés tiene una lectura universal». A Sergio Duce le gustaría además que pudiera proyectarse en «circuitos pero no festivales al uso sino en actos de temática rural, para que se vea con otros trabajos o presentaciones de libros». Se trata, en definitiva, de «devolver a los pueblos lo que se hizo en el pueblo», concluye.