La muerte encontró a John Updike a los 76 años en el 2009 sin haber rebajado su habitual velocidad de crucero: un libro al año. El escritor norteamericano, miembro de esa tríada de maestros de la literatura hipermasculina que se completa con Saul Bellow y Philip Roth, padecía cáncer pero eso no detenía su trabajo. Antes de morir dejó perfectamente corregidos dos libros póstumos.

En la última de sus novelas publicadas en vida, Las viudas de Eastwick (Tusquets) recuperó a sus chicas favoritas, ese trío de mujeres liberadas y rebeldes que protagonizaron Las brujas de Eastwick, famosas por haber quedado fijadas en los rostros de Cher, Susan Sarandon y Michelle Pfeiffer en la película homónima, y una de sus obras más populares. Esa segunda parte aparece ahora, mientras se anuncia la recuperación en castellano --será el próximo año-- de las dos novelas y los relatos protagonizados por el alter ego de Updike, el escritor judío y premio Nobel Henry Beck. Así era Updike. Enamorado de sus criaturas, no le temía a las entregas seriadas: las correrías de Conejo Angstrom se desarrollan a lo largo cuatro magníficas novelas y un libro de relatos.

PREMIO ´BAD SEX´ Las brujas de Updike tienen ahora casi 70 años y, tras quedarse viudas de sus matrimonios posteriores a su encuentro con Darryl Van Horne, o lo que es lo mismo con el mismísimo diablo, o lo que es lo mismo con Jack Nicholson, deciden volver a pasar el verano en el pueblo que transformó sus vidas y donde todavía son recordadas. Regresa pues la orgiástica celebración de la vida que animaba la primera novela, pero ya nada es lo mismo. En estos encuentros sexuales en la tercera edad, necesariamente se hace evidente la decadencia. De hecho, esta novela le valió al autor el dudoso honor de ser distinguido con el premio Bad Sex, que cada año concede la revista británica Literary Review Magazine, a cuenta de una pormenorizada y explosiva escena de sexo oral. Bueno o malo, el sexo siempre es consustancial a las novelas de Updike.

¿Qué es lo que impulsó al autor a regresar con el fogoso trío de brujas? De hecho, estas mujeres son bastante insólitas en su producción. Fueron, de hecho, sus primeras protagonistas femeninas por derecho propio; pero no por ello, en 1984 cuando apareció la primera novela, fueron bien recibidas por el colectivo feminista.

Updike confesó en una entrevista a Peter Conrad, de The Guardian, poco antes de morir, que el libro había nacido de su propia relectura de la primera novela, pero también como una respuesta a las críticas de los movimientos de liberación femenina que en su momento se opusieron a la novela.

Las viudas de Eastwick es también una respuesta a lo poquísimo que al autor le gustó la película de George Miller. De hecho, toda la carga de crítica social, y en especial al baby boom de los 60, que contenía la novela original desapareció en el filme, que dejaba al descubierto solo los elementos de farsa de una historia que no escondía su voluntad de divertimento.

"Aquella película no me gustó demasiado --contó el autor--. Bajo el estrellato de Nicholson, la atención se desplazó de las mujeres al personaje masculino y la historia cambió. Por eso escribir la continuación de un relato es un intento de explicar lo que el tiempo hace con nosotros y de qué manera somos capaces de sobrevivir".