--¿Qué sintió al conocer el robo de ´El Grito´ de Munch en Oslo?

--Me he sentido decepcionado y triste. El mundo entero está desolado por este robo.

--¿Qué circuito cree que ha podido seguir esa obra robada?

--En este caso preciso creo que sólo puede seguir el camino de un coleccionista privado.

--¿Hay coleccionistas capaces de apropiarse de cuadros tan importantes?

--El que conoce bien a Edvard Munch sabe que ha hecho una obra maestra. En El Grito , Munch ha pintado el sufrimiento como nadie jamás lo había hecho desde el románico y el gótico. Ni el Guernica de Picasso. Es posible que una persona que sea expresionista como él pueda tener la necesidad de tenerlo en posesión única.

--¿Arrebatándolo a todos para el goce exclusivo?

--Sí. Y es un caso excepcional, porque no veo a nadie capaz de robar este cuadro por pedir un rescate, o cualquier otra razón. Además sabiendo que un cuadro, si se roba a mano armada, pierde su significación material, porque el coleccionista no lo quiere.

--Si pudiera recuperarlo para el museo, ¿lo haría?

--Evidentemente. No es la primera vez que lo hago. ¿No?

--Pero usted lo ha hecho con obras ´suyas´ (por expresarlo de alguna manera).

--Y con otras también. Siempre lo haría, a condición de evitar que la gente entrara en la cárcel. Yo puedo colaborar con cualquiera para que se le restituya lo robado, pero no con el precio de que vaya nadie a la cárcel. No es mi estilo.

--Este robo de Oslo muestra que Noruega está tan desprevenida con el arte como lo estaba la España de los 70, ¿no?

--No es lo mismo. Nada que ver. España ha hecho siempre una sobreprotección de los grandes museos que me parece totalmente innecesaria. Véanse los gastos en el Prado.

--No nos referíamos al Prado, sino a iglesias rurales, como la de Trasobares, en las que desaparece la Virgen gótica. Le atribuyeron a usted ese ´golpe´.

--Yo no he robado jamás una patrona de un pueblo. En Trasobares yo he devuelto la Virgen. Pero nunca jamás la había robado. Además, en mi vida he sido condenado por robo. En España nunca he tenido una condena ni una multa.

--Pero estuvo internado en la Modelo de Barcelona.

--Ilegalmente. Fui preventivo durante 37 meses y otros siete años con libertad provisional y sin papeles. Hasta que llegó el juicio en el que fui absuelto.

--En Roda de Isábena usted dijo: "He cumplido al devolveros estas piezas". Parecía pedir perdón.

--No. Nunca he pedido perdón a nadie por eso, porque yo no he hecho más que salvar miles de obras que estaban tiradas en la calle. Los que deberían arrepentirse son los que las han vendido como patatas. Yo las he comprado.

--¿Quién se llevó las piezas de Roda que usted tenía en Sitges?

--Los circuitos son siempre los de los anticuarios. Todas las tallas que he comprado hasta ahora han pasado siempre por los anticuarios españoles, quienes nunca han ido a la cárcel. Conmigo han hecho mucho show de este tema. Hubo centenares de sustracciones. Pero todos los obispados del país han estado vendiendo sus bienes y sus propiedades.