Qué es Eso? Entre otras cosas, la película con la que Hollywood espera remontar después de una fatídica taquilla veraniega, la más baja en EEUU en más de una década. Si todo sale como se espera, batirá el récord de mejor recaudación en el primer fin de semana para una película calificada R (menores de 17 han de entrar con adultos), hasta ahora ostentado por Expediente Warren: The conjuring, con 41 millones de dólares.

¿Una película protagonizada por niños, pero en la que los menores deben ir con carabina? Esa es la pequeña osadía después de que guionistas y productores decidieran dividir en dos la trama de la novela de Stephen King de 1986: en lugar de alternar entre pasado y presente, esta It, primera parte de un presunto díptico, se centra solo en las vivencias de infancia del Club de los Perdedores.

¿De qué club hablamos? Siete niños de Derry (localidad ficticia del muy real estado de Maine donde nació King) acechados en los 80 (no en los 50, como en el libro) por una entidad terrorífica que puede tomar el aspecto de aquello que temen, pero por lo general suele disfrazarse de Pennywise, un payaso al más puro estilo Ronald McDonald.

¿Da risa o grima? Sobre todo lo segundo: así ha decidido encarnarlo el apuesto Bill Skarsgård (solo puede ser apuesto siendo hijo de Stellan y hermano de Alexander) en la película dirigida por Andy Muschietti (Mamá), quien sacude un relato iniciático al estilo de Cuenta conmigo con pasajes de terror exuberantes pero quizá demasiado posproducidos. It es algo así como Stranger things inflada con esteroides anabolizantes; ayudando a la comparación, repite el joven actor Finn Wolfhard.

Hace casi una década, It iba a ser la siguiente película del guionista y los productores de Invasión, cuarta versión de La invasión de los ultracuerpos. El proyecto no ha dejado de mutar. En el 2012 se sumó como director y coguionista, Cary Fukunaga, recién salido de otra adaptación literaria ambiciosa, Jane Eyre, en la que demostró habilidad para el terror en su variante gótica.

Fukunaga dejó el barco tres años después de zarpar, en mayo del 2015. Aquello no flotaba. No se entendía con New Line, la casa que construyó Freddy Krueger (cuya quinta aventura se cita visualmente en It). En desencantadas declaraciones a Variety, Fukunaga contó cómo su idea era hacer una película de terror «poco convencional», «elevada, con personajes de verdad». Tras la marcha del director de True detective temporada uno, se encargó de reescribir el guión Gary Dauberman, de las dos partes de Annabelle.

27 AÑOS ANTES / It llega tarde, muy tarde, pero en realidad, lo hace en un momento conceptualmente adecuado: hace ahora 27 años que se estrenó la primera traslación audiovisual (una miniserie de ABC), y precisamente 27 son los años transcurridos en la historia entre aparición y aparición de la misteriosa entidad extradimensional.

De la primera It suele celebrarse al payaso encarnado por Tim Curry, maestro de ceremonias de The Rocky Horror picture show. Pero no es el único actor que brilla en la versión televisiva: si se rueda, como es casi seguro, la secuela de esta It, será difícil superar un reparto adulto formado por Richard Thomas, Annette O’Toole, el añorado John Ritter, Harry Anderson, Richard Masur... Desenlace anticlimático aparte, Tommy Lee Wallace (director artístico doce años atrás de La noche de Halloween) supo aterrorizar a una generación de espectadores infantiles con una miniserie que aquí fue clásico de videoclub. Solo la carátula ya nos hacía flotar y temblar.

Stephen King parece encantado con la nueva versión de It, de la que ha dicho que es «fabulosa». Quienes no están contentos con el resurgir de Pennywise son los propios payasos, quienes desde la aparición del primer teaser en marzo han visto aumentar las cancelaciones y menguar sus ingresos. Esto es serio, como cuando el Tiburón de Spielberg vació las playas.

Pam Moody, presidenta de la World Clown Association, se quejaba en The Hollywood Reporter sobre el daño que hizo el primer Pennywise a la reputación de los payasos. «Es un personaje de ciencia ficción. No es un payaso y no tiene nada que ver con la profesión del payaso». King no tardó en contestar en Twitter: «Los niños siempre han tenido miedo a los payasos», escribió. «No matemos a los mensajeros por el mensaje».